Mi tía se mudó a casa
Fecha: 24/11/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: Hector MM, Fuente: CuentoRelatos
Estaba por reiniciar la universidad, en las vacaciones de verano previas, para entonces vivía con mi padre, así que fuimos a pasar unos días al rancho de un tío a las afueras de la ciudad, rumbo a Puebla; la familia del tío era numerosa y los veíamos con bastante frecuencia; algunos pasaban o vernos o nosotros visitábamos el rancho, en una de esas visitas una de sus prima le pidió a mi padre vivir con nosotros, ya que entraba a trabajar a una empresa cerca de la casa, le dijo si cuando quiera puede mudarse.
La tía Gloria llegó un domingo a mediodía, salimos para ayudarla con sus cosas y se instaló en la tercera recámara; durante las semanas siguientes se iba a trabajar temprano, igual nosotros; yo llega a la casa antes, ella alrededor de las 5 y mi padre por la noche, así meses transcurrían, con el paso de las semanas platicábamos más, como era mayor la había trato muy poco; ella es una hermosa mujer, cuerpo bien contorneado, caderas bien firmes, busto buen tamaño cintura marcada, una figura excitante, bonita cara, cabello castaño obscuro, ojos cafés y labios algo carnosos, que se antojaban; tenía alrededor de 28 años.
En esos días acostumbramos a cenar los tres, pláticas entretenidas, con el tiempo aumento la confianza, me empezó a ver como un hermano menor, llegaba me tomaba del brazo, a veces ponía su cara en mi hombro, cuando estudiaba o trabajaba en mi restirador, -¿cómo vas?-, -¿está pesada la uni?- ¿y tú noviecita? -bien tía-; a veces llegaba de la uni con mi ...
... novia, estudiábamos o hacíamos trabajos, otras veces veíamos una película, claro con buenos y ricos manoseos; a veces mi tía nos veía solía decirme -cuídate, que te comen-, -claro tía- y nos reíamos.
Trabajaba de lunes a sábado mediodía, llegando el sábado se cambiaba y se iba al rancho, cuando regresaba siempre me decía, te manda saludos y besos Mica, su hermana menor, y siempre se ría, de seguro le había contado algún detalle.
Un sábado se quedó y vi que estaba arreglando la recamara, el viernes había llegado con varias cajas de zapatos y bolsas, así que el clóset tenía toda su atención, -ven a ayudarme por favor-, estaba tratando poner una caja en la repisa superior, me puse atrás de ella para empujar la caja el clsey era estrecho y quede pegado a su espalda así que empuje la caja y quedó en su lugar, pero la sensación que tuve fue increíble al recargarme en ella, que tenía puesto su camisón de flojera, pude sentir sus bien marcadas nalgas, claro que el roce al ponerme de puntas y empujar hacía arriba su cuerpo, para colocar la caja, me dejó maravillado -gracias- me dijo, te ayudo con algo más, -si- terminé por subir otras cajas y cuando podía volteaba a ver esas deliciosas nalgas, quede bien prendido a ellas, cuando acabamos de arreglar el closet, nos sentamos en la cama recargados a la pared, -quieres agua-, -si, gracias-, trajo dos vasos y ahí estuvimos un buen rato platicando, con sus piernas estiradas, podía observar sus muslos torneados, pantorrillas y sus ...