1. Entregué mi virginidad a mi primo (Parte 2 de 2)


    Fecha: 30/08/2024, Categorías: Incesto Autor: Renee, Fuente: CuentoRelatos

    ... debajo de mis leggins para que me tocara, eso fue suficiente para que se empapara de nuevo.
    
    Nos besamos mientras paseaba su mano por mi sexo:
    
    —Quiero seguir lo que empezamos en la tarde. – Dije.
    
    —Yo también quiero seguir, pero ¿dónde lo hacemos?
    
    —Aquí en la sala, o en mi cuarto.
    
    —¿En el cuarto de invitados?
    
    —Puede ser en el cuarto de mi mamá… Mejor en el mío.
    
    —¿Por qué no lo hacemos aquí?
    
    —Porque está muy accesible, en mi cuarto podemos poner seguro.
    
    Me paré, lo tomé de la mano y lo llevé a mi cuarto.
    
    Nos besamos largo e intenso. Le quité la playera y el también me fue desvistiendo poco a poco. Se quedó en bóxers y alcancé a verlo ya erecto, realmente era inmenso. Me estaba agachando para meterlo a mi boca de nuevo pero el me detuvo, me siguió besando y me empujó a la cama, él estaba desnudo, yo aún tenía mis bragas puestas.
    
    Yo estaba boca arriba y él estaba encima de mí. Podía sentir su cabeza, el tronco y el escroto golpear en mis muslos y en mis labios, que cada vez estaban más empapados. Nunca nos paramos de besar, sentía escalofríos por todo mi cuerpo y excitación por montones, estaba moviendo mi pelvis involuntariamente para restregarme con él y me encantaba hacerlo.
    
    Me estaba respirando en el oído sensualmente, estaba maniobrando mis pechos con sensualidad, yo ya estaba preparada para entregarme a él.
    
    —Métemelo.
    
    —¿Qué?
    
    —Métemelo, por favor.
    
    —Pero eres virgen, ¿no?
    
    —Quiero que te la quedes tú.
    
    En ese momento, ...
    ... estaba frotando el lateral su pene contra mis bragas, como si yo fuera un violín y él el arco que hace que las cuerdas vibren y hagan música.
    
    Cambió la secuencia y empezó a darme embestidas con la punta de su miembro en la tela de las bragas que protegían mi estrecho canal que, hasta ahora, nadie había transitado. Pensé que con las embestidas iba a romper la tela o que lo iba a meter con todo y todo, así que nada más los hice de ladito.
    
    En cuanto sentí la punta tocar mis labios un escalofrío inmenso recorrió mi cuerpo. Me arqueé, alcancé a murmurar la palabra “más”, sentí como se acercaba hacía mí, más bien lento.
    
    Sentí los espasmos de todo su cuerpo y como es que mi humedad lo estremecía de par en par. Me estaba abriendo toda. Yo ya me sentía empalada cuando le murmuré: “con cuidado”, solo para que me contestara: “todavía no es la punta”.
    
    Yo estaba decidida a metérmelo hasta adentro, así que le pedí que siguiera, lento. Lo sacó, fue delicioso. Lo volvió a meter, pero esta vez fue un poco más profundo, sentía que cuando salía, exprimía mis jugos, solo para devolverlos de nuevo. Él estaba jugando con mi sexo y yo era su campo de juego. Estaba excitadísima, no me di cuenta que estaba gimiendo.
    
    Para las siguientes embestidas le susurré: “un poco más adentro” y él me hizo caso. Me pidió que respirara profundo, sostuve mis bragas de lado y comencé a respirar fuerte.
    
    Cuando exhalé, mi primo metió se metió en mi todo lo que pudo. Yo grité, pero él me puso su mano en la ...