El convento (III)
Fecha: 24/10/2023,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Marquez X, Fuente: CuentoRelatos
... la rusa.
V: Buen día padre, disculpe nuestra interrupción, pero lo que tenemos que decirle es urgente!
D: Buen día hermanas… la verdad es que estaba un poco ocupado con un versíCULO que me tiene intrigado, pero ya que están aquí, díganme, que les preocupa?
La monjita francesa rompió en llanto y tomó asiento.
L - Padre, es que hemos pecado y no podemos esperar a mañana para que nos confiese!
D: Pero hijas mías, así de grave es vuestro pecado?
V: Si padre, hemos fornicado!
D: Pero cómo, cuándo y con quién??
La alemana habló muy seriamente, mirando directo a los ojos del sacerdote.
B: Anoche padre, con los tres enfermos que llegaron ayer en la tarde, con el carnicero, el herrero y el pescadero, pero lo peor de todo es que las tres lo hemos disfrutado, ¡aunque a nuestro favor, todas recibimos señales divinas!
V: Si padre, nuestro señor nos manifestó sus deseos por medios milagrosos!
L: Así es padre por increíble que parezca, los tres estaban por morir, pero gracias a nuestros cuerpos ahora están mejor de salud!
D: Vaya por Dios, por favor hermanas, cuéntenme cómo sucedió todo, no se les ocurra omitir detalle alguno!
La madre superiora que estaba agachada en el escritorio, escuchó todo y su calentura en vez de bajar por la intromisión, se elevó por los relatos que cada una de las monjas le confesaba al padre Donato, así que ni corta ni perezosa, metió su mano por entre el hábito del padre y le sacó el enorme cetro de carne, y como una posesa ...
... empezó a chupar con locura a medida que los relatos de las monjas la ponían más ardiente.
El sacerdote estaba fascinado con las historias de las tres monjas, más la tremenda chupada de pija que le daba la madre superiora, estaba por correrse ante tanta lujuria, hasta que Brunilda que era la última que confesaba, con su historia, hizo que el padre no aguantará más y gimiera como un búfalo en celo, descargó toda su leche en la garganta de la madre superiora Gabriella, la cual tuvo arcadas, pero con su boca abierta casi a 90° se tragó toda la espesa leche del sacerdote.
Las tres monjas sorprendidas por los gestos y aullidos del padre, se hicieron a su lado y casi no daban crédito a lo que sus ojos veían!
La madre superiora Gabriella estaba arrodillada con la gigantesca polla del padre Donato entre sus labios, derramando leche por la comisura de los labios.
La monja se levantó y le susurró algo al sacerdote, que inmediatamente sonrió con un gesto de aprobación.
D: Primero que todo, por favor hermana Laetitia ponga el pestillo de la puerta, que nadie nos vaya a interrumpir.
Eso hizo la pequeña monja francesa, que no podía dejar de mirar el garrote de carne que tenía el padre entre sus piernas, era mucho más grande que la polla de don Massimo.
D: Bueno como veréis, no es casualidad que estemos los 5 aquí reunidos, la madre superiora Gabriella y yo también hemos recibido señales para el disfrute de nuestra carne, eso sí, en nombre de nuestro amado señor.
G: ...