Relatos eróticos esposos cómplices cap 36 - Relatos Eróticos

Relatos eróticos esposos cómplices cap 36

Hace poco se mudaron de mi barrio una parejita de jóvenes casados que yo les tenía mucho cariño por qué yo fuí su confidente de todo lo que les pasó al tenerse que casar tan jovencitos.

El jovencito tenía mucho más confianza conmigo que su esposa y me confesó hasta lo más mínimo y lo más íntimo y yo hacía lo imposible para ayudarles así como en sus momentos de crisis económicos y yo me daba cuenta por qué como no tenían televisor veían en mi casa en las noches que venían de trabajar.

Cómo él confío plenamente en mi , se los contaré como el me lo dijo y en primera persona.

Tenía 16 años de edad y me enamoré de la que hoy es mi esposa con 15, yo terminaba mi secundaria y a ella le faltaba un año más, nos enamoramos y después de 15 mese tuvimos relaciones sexuales en una reunión que acudimos y los tragos nos excitaron y en su casa por primera vez nos vimos desnudos y nos encendió más y sin muchos previos echándola en la cama le coloqué la punta de la cabezita de mi pinga en su conchita y ella con sus brazos me atraía y le hundí de un solo empujón la mitad, dando un grito que de estar sus padres o su hermano en casa nos hubieramos visto descubiertos y eso que yo la tengo chica y delgada a comparación de mis compañeros de estudios.

Le dí unos minutos para que se adapte y luego al verla predispuesta le empujé y se lo hundí hasta la raíz dando un segundo grito, la cara le fue cambiando conformé se adaptaba a ese pedazo de carne que tenía hundido hasta el fondo. Cuando ...

... sentí su aceptación nos movimos  torpemente llegando a dejar nuestras leches dentro de su conchita, nos abrazamos y así sudados y cansados nos despedimos antes que llegue su familia rogando no se vaya a preñar.

Ella me avisaba cuando no iba a estar su familia y lo hacíamos asustados, pero después de varias semanas estando en la cama de ella dándonos un buen polvo, su papá nos sorprendió y junto a su mamá nos botaron de su casa, yendonos a dormir por un mes dónde una tía hasta juntar para un alquiler de habitación el cual encontramos y con la suerte de contar con una buena vecina.

Los dos trabajamos duro en labores  eventuales ganando poco por nuestra falta de estudios y por nuestra inexperiencia,  solo alcanzaba para el alquiler y a duras penas para la comida.

Pero la vecina que vivía sola nos invitaba a ver televisión y a veces nos invitaba a cenar, siendo de gran ayuda y nosotros le confesamos nuestros problemas.

Cómo no teníamos televisor nuestras noches eran de pura conversación y sexo para lo cual ella era una mujer bien caliente así ambos nos confesamos nuestras intimidades de las cuales hubieron dos de parte de ella que me dejaron con la boca abierta, pero le juré que nada cambiará nuestra relación y así lo cumplí.

La primera fue que desde ella tenía 14 años , su papá la llamaba desde la ducha cuando no había nadie en casa y me pedía que le enjabone la espalda. Yo me negué diciéndole que espere a mi mamá y el me dijo que si no lo hacía no me iba a pagar el ...