Mi relación con mi madre siempre fue de total complicidad y lealtad, mis padres se llevaban mal y no se divorciaban por estar juntos para mí, yo siendo el único hijo me convertí en el amigo y confidente de mi madre, cuando ellos discutían , yo intentaba levantar su ánimo y hacerla sonreír, así formamos un vínculo que sobrepasaba la relación madre e hijo, por la situación mi padre estaba continuamente en el trabajo o se iba de pesca cada ves que podía. Dentro de nuestra relación ella me permitía hacer lo que yo quisiera estuviera mi padre de acuerdo o no, con las demás personas se mostraba conservadora y callada, pero cuando estábamos solos era muy liberal , desde pequeño nos habíamos bañado juntos como era normal para nosostros, hasta que mi padre le dijo que ya no lo hiciera que yo tenía edad para bañarme solo, ella le dijo que si, pero hizo lo que quiso, así que nos seguimos bañando juntos pero en secreto, era mi mayor secreto bañarme con ella y que nadie supiera, me explico que no le cuente a mis amigos, familiares y por supuesto menos a mi padre, a nadie…
Así se volvió nuestro ritual secreto y cada vez que teníamos oportunidad lo hacíamos, ella lo tomaba como un juego excitante y para mí era la gloria. Cerraba todas las puertas se desnudaba mientras esperaba que yo me quitará la ropa, me encantaba ver cada centímetro de su cuerpo, su piel blanca que era interrumpida por su concha peluda prolijamente peinada, sus tetas blancas y redondas que se sacudían en cada ...
... movimiento, yo disfrutaba verla y a ella le encantaba y excitaba que yo la vea, se notaba su mirada pícara y lasciva.
Una vez que estaba desnuda entraba a la ducha y me llamaba, entre juego y chistes nos enbajonabamos el uno al otro, ella siempre sonreía al enjabonar mi pene y decía que había que limpiar bien el arma, en muchas ocasiones , luego entendí su excitación, me daba la espalda y dejaba que le enjabonara si enorme y carnosa cola, el baño podía durar media hora sin apuros, sabiendo que mi padre no llegaría, así se ganaba mi lealtad y yo me convertí en su esclavo y protector, con el correr de los años la relación entre ellos se deterioro cada vez más, y claro que yo me fui convirtiendo en un adolescente caliente, tenía el mejor regalo de todos, en muchas ocasiones había escuchado o leído de hijos que espiaban a la madre mientras se bañaba, y yo tenía la fortuna de que a mi madre le gustaba bañarse con su hijo.
Un sábado mi padre se fue de pesca, y claro era la situación perfecta para estar con mi madre y bañarnos, yo estaba obsesionado con querer cogerme a mi madre y ella ya se había dado cuenta, entre a su habitación mientras acomodaba ropa y entre risas y charla le dije si nos bañabamos, ella ansiosa y expectante sabiendo que teníamos todo el fin de semana solos me dijo que si, que terminaba de acomodar y nos bañabamos, y continúo diciendo , ahora sí ya estás creciendo y ya nos vamos a tener que dejar de bañar juntos, ya sos grande, mientras sonreía y me miraba.
Una vez ...