Fecha: 29/07/2017,
Categorías:
Sexo Oral
Autor: Enfebrecida, Fuente: CuentoRelatos
... golpean mi garganta, y en un instinto de no toser ni hacer ningún ruido alejo mi cara y todo viene a parar a mis ojos, nariz, mejillas... Dios! cuántas descargas!... No quiero que nada se pierda y pongo también mis manos a recibirlo. Finalmente empieza a decrecer ese hermoso miembro y limpio lo que puedo con mis dedos y labios... Mi corrida también fue impresionante, tanto que me tiré un rato en el piso para relajarme mientras iba comiendo todo los restos de semen que tomaba de mi cara y manos... qué delicia!... Lo terrible es el retorno de la consciencia y de darme cuenta dónde estaba y lo que había hecho... salí rápidamente de la habitación y entré en la mía cerrando con seguro.
En la habitación a oscuras me senté al pie de mi cama. Mi cuerpo aún temblaba de las últimas sensaciones, y mi piel, mis manos y rostro estaban impregnadas de su fuerte olor. Agotada como estaba, sin embargo, mi cerebro y puntos de placer eran estimulados por este olor.
Mis pezones erizados dolían con el roce de la ropa, y los sentía hinchados queriendo ser apretados, frotados... besados. En mi lengua el sabor del semen degustado, espeso en mi garganta lo sentía llegar hasta mi estómago. El hambre de sexo me devoraba y mis pensamientos me reprochaban mis actos. Algo se había desencadenado en mí luego de un largo letargo y despertaba con ansias acumuladas. Mis sentidos ahora se sentían alertas ante cualquier cambio en el ambiente, y a mis oídos llegaba un débil gemido ahogado. Abro mis ojos ...
... en la oscuridad más alerta y vuelvo a escuchar otro murmullo en la casa. Salgo de manera sigilosa hasta las escaleras y noto todo a oscuras levemente iluminado por la televisión. Bajo poco a poco y siento los sonidos más de cerca hasta que bruscamente me detengo. Veo sus jóvenes rostros perlados de sudor y con sus ojos cerrados sintiendo todo lo que desencadena la penetración. Ella está montada frente a él cabalgándolo en el sofá. Sus labios brillante formando una O en un estado de ahogamiento pleno, entre mezcla de dolor y placer. Mi hijo, por su parte ayuda con sus manos en el acoplamiento al sostenerla por la pequeña cintura. Trata de hundirle todo el tronco pero es realmente imposible. Si antes me había perturbado su tamaño en reposo, verla en todo su esplendor brillante por los jugos y atacando con furia a ese pobre coñito fue realmente terrible! Las punzadas en mi entrepierna eran tan fuertes que casi pierdo el equilibrio. Las piernas me traicionaron y me tocó sentarme en los peldaños, lejos de su vista. No podía retirarme. La suave curva de su espalda delicada era recorrida cada tanto por las fuertes manos de mi hijo.
Estaban parcialmente vestidos, pero sus ropas estaban todas mojadas y el calor en la habitación se hacía presente. Mis manos se asían fuertemente de las barras de la escalera y cada espasmo de mi coño me hacía apretar con fuerza cada barra, cual si de dos vergas se tratasen. Abriendo los ojos nuevamente, esta vez noto que una de las manos de mi bebé se ...