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OH, PAPILOC, DESPACITO
Fecha: 19/06/2017, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... confirmaron la penetración. Era un pequeño y ajustado hornito en el que comenzó a quemarse mi miembro. Hubo un silencio breve. Luego la nena entró a mover su cuerpo y otro pedacito entró. -“El loco se la cogía, no solo se hacia chupar la pija sino que también se la cogía” pensaba. De pronto sentí que la pequeña vaginita se contraía y se dilataba rítmicamente y no me supe contener. Toda le leche acumulada comenzó a llenar el pequeño sexo. Mi pija latia con fuerza en cada expulsión del semen. Vivianita dejó escapar un largo suspiro y se quedó tendida sobre mi. Ninguno dijo nada. Al rato me di cuenta que se había dormido. Aunque mi pija estaba dormida no se salía de ella y la tuve que levantar y acostarla a mi lado. En ese momento sentí un “PLOP” producido por el desacople. Me levanté y fui al baño a buscar una toalla que humedecí y volví. La limpié y al separarle las piernitas solo vi el coñito irritado por la entrada de mi falo pero nada de sangre por lo que confirmé que el padre biológico la había desvirgado. Afuera la lluvia decrecía en intensidad. Como ...
... se había dormido la llevé en brazos a su dormitorio y la acosté en su cama dejando el velador encendido. Fui al living y me serví una generosa medida de wisky y mientras lo bebía pensaba en lo que había ocurrido. No solo en ese momento sino desde antes cuando la nena se iba los fines de semana con su padre. Me di cuenta que seguía desnudo, que el pensar en eso me excitaba y que tenia el pene erecto. Termine el wisky y decidí ir a dormir. Antes abrí la puerta de la mas pequeña de las nenas y vi que dormía profundamente. Cerré la puerta y seguí. Desde la puerta del dormitorio de Vivi la miré dormir. Estaba vuelta de lado tenía un dedo pulgar en su boquita y estaba con una pierna extendida y la otra recogida permitiendo ver los labios regordetes de su sexo. Entré y cerré la puerta. Con suavidad me tendí a su lado quedando de cucharita. Mi pija se babeaba y latia. Con mi mano orienté la cabeza y la ubiqué entre sus labios. Pincelé un poquito y luego con la punta en el centro presioné para que entrara hasta que hizo tope y la nena dijo… -Oh, Papiloc… despacito