1. OH, PAPILOC, DESPACITO


    Fecha: 19/06/2017, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Tengo en la actualidad 27 años. Hace seis que me casé con una piba hermosa a la que en teoría había embarazado. Como ella tenía entonces 15 años, mis padres me obligaron a hacerme cargo del bebé por nacer y entonces nos casamos. Para facilitarnos en algo la vida, mi padre nos entregó una casita que había heredado de mis abuelos, sus padres. Yo 21 años, ella 15. Los dos con toda la energía de personas jóvenes nos pasábamos la mayor parte del tiempo manteniendo relaciones sexuales. Mañana, tarde, noche. No teníamos limites para ello. Todo cambió cuando nació la criatura. Tanto Esther (mi esposa) como yo teníamos cabellos negros y la bebé, la nena que nos nació, era rubia, hermosa. Entraron las dudas. Todo se resolvió con un ADN que demostró que yo no era el padre biológico. Esther reconoció que mientras era mi novia tenía relaciones con “el gringo Fito” al que todos le llamábamos “el loco” quien en definitiva resultó ser el padre de la bebé a la que registramos con el nombre de Viviana. El loco aceptó su paternidad y se comprometió a ayudar en la crianza de su hija a la que, cuando cumplió un añito, comenzó a llevar a su casa los fines de semana. Mi amor por Esther no cambió. Tan es así que a los tres meses la embaracé y nueve meses después parió otra nena a la que llamamos Verónica. Nuestra vida de familia tuvo un desarrollo normal. La nena mayor decía que tenía dos papis. Al biológico le llamaba “Papiloc” y a mi me decía “Papilín”. Todo iba bien. Los fines de semana Vivi se ...
    ... iba con su papá quien nos la traía la noche del día domingo. Llego el tiempo en que Vivianita debía ser inscripta en el colegio para que ingresara a la escuela primaria y para ello su papá y su mamá iniciaron los trámites respectivos. Una mañana temprano pasó por casa el gringo Fito a buscar a Esther para ir a inscribirla y ocurrió el desastre. Un accidente de tránsito los tuvo como protagonistas y victimas fatales. Murieron los dos. Quedé viudo y con las dos nenas. Para no separarme de ellas acondicioné mi casa y me puse un negocito, un polirubro, que hasta hoy nos permite salir adelante. Mi casa es enorme así es que acondicioné tres dormitorios. Uno para cada nena y el tercero para mi. Al principio fue duro pero con la ayuda de mis familiares pudimos superar y hacer el duelo. Hace algunos meses, a comienzo de año sucedió algo que voy a relatar tal y como ocurrió. A Vivianita le asustan las tormentas y al primer trueno que escucha se altera. Por el contrario a Vero no la despiertan ni cañonazos. Una noche de enero llovía torrencialmente. Si mal no recuerdo era una noche de sábado. Ya entraba la madrugada cuando me despierta de mi plácido sueño Vivianita que se mete bajo mis sábanas y se abraza a mi pierna a la altura de mi muslo. Temblaba del pánico que la tormenta le producía. No podía convencerla de que soltara mi pierna. Encendí la luz y la vi acurrucadita y desnuda prendida a mi pierna. Con caricias en su cabecita y palabras suaves logré que me dejara abrazarla y la cubrí ...
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