La masajista
Fecha: 25/08/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Siempre me ha producido un especial morbo las chicas orientales, ya sean Japonesas, Chinas, Coreanas, Vietnamitas, etc. La belleza de esta raza de mujeres, es a veces increíble, su tez blanquecina, sus ojos rasgados, su por lo general pequeño y bien proporcionado cuerpo, consiguen un efecto devastador en mi.
He de decir que debido a este comportamiento mío, no se vayan a pensar que soy un obseso sexual, o un violador, decidí que algún día tenia que cepillarme a una chica oriental. Pues bien en una ocasión, tuve la fortuna de que me tocara un pellizco de dinero en la lotería, no era mucho pero si lo suficiente, para acabar de pagar el piso, comprarme un buen coche, y permitirme algún que otro capricho mas. Uno de estos caprichos fue irme de viaje al Japón.
Me decidí en ir al Japón y no a cualquier otro país oriental porque de todos es conocida la rabiosa belleza de la Geishas. Una vez que llegue a mi destino, Tokio, me hospede en un fabuloso hotel, que disponía de todas las comodidades necesarias y también de algunas otras banales como jacuzzi, servicio de masajes etc.Mi primera noche me la pase paseando por las calles cercanas al hotel para no perderme, intentado buscarme una putita a quien poder fallarme, ya saben para empezar bien la visita, pero no lo logre así que de vuelta al hotel pedí una masajista para relajarme un poco.
Me di una ducha, y espere que llegara el masajista. Diez minutos después llamaron ala puerta, me levante, abrir la puerta, y quedarme de ...
... piedra era todo uno, que belleza, sin duda puedo afirmar que era la mujer mas hermosa que jamás había visto, y puede que jamás vea. Tenia una carita que cuando me dio dos besos en la mejilla para saludarme temí romper, blanca piel fina sin una arruga, con un pequeño hoyito en la parte derecha que solo se hacia visible a reírse, ojos verdes pelo negro y media melena recogida en una coleta, orejas pequeñas, cuerpo bien torneado, pechos no muy grandes, culo duro, piernas largas y perfectas, vamos una chica de infarto. Llevaba puesto una batita negra con la marca del hotel bordada en un lado, unos zapatos bajos, y una pequeña cadena de oro con una especie de figura rara.
Que ni decir tiene que no hablo ni una palabra de japonés, por lo que hacerme entender era harto difícil, y que yo la entendiera a ella mas difícil todavía. A duras penas, consiguió que me tumbara en una camilla escamoteable que salía de un mueble del armario. Me estaba mandando desnudarme pero no entendía ni jota de lo que me estaba tratando de decirme, así que fue ella la que me intento desvestir.
Ya tumbado en la camilla boca abajo, empezó a extenderme una cremita que estaba helada por cierto, y que tenia un aroma exquisito, y empezó a masajearme, estaba empezando a entrar en la gloria, recorría todo mi cuerpo, de mis pies asta mi cabeza. Yo por mi parte al principio intentaba ver el cuerpazo de la chica, ya saben averiguando si tenia ropa interior etc. En uno de sus movimientos un botón de su escote se ...