Algo que no quise controlar con mi tía (Final)
Fecha: 22/08/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: Stuka15, Fuente: CuentoRelatos
Cuando las cosas comenzaron a ir bien entre nosotros, el desconcierto fue desapareciendo y entre más dialogábamos mejor comprendíamos lo sucedido. La culpa casi desapareció.
Nuestra relación es excitante pues aún continua, es prohibida y por tanto apasionante. Algunas personas me han escrito y preguntan que más sucedió con esta relación y la verdad pensaba ya no escribirlo pero créanme, es como una bola de nieve rodando cuesta abajo, lo que está pasando cada vez sube más de tono.
Una vez que probamos de todo tipo de placeres, algunas posiciones nuevas (para las que no soy muy bueno), seguimos aprendiendo y disfrutando. Un buen día ocurrió que mi primo Lalo (hijo de mi tía) comenzó a percibir cambios en el estado de ánimo de ella y por lo tanto ante la duda, la seguía en varias ocasiones durante sus constantes salidas al supermercado, banco, etc.
Mi tía me manifestó aquel descuido y la consiguiente situación que se avecinaba, que haríamos al respecto?
Pensé en hablar con él a solas pero decidí que era una locura, pensamos mil y una formas de resolverlo y ninguna nos convenció, por tanto decidimos no vernos 4 meses e intentarlo después de ese periodo con mayor precaución.
Comenzamos un contacto por e-mail (ya que no consideramos prudente el teléfono) y la situación se fue tranquilizando, estaba funcionando nuestra estrategia. Durante las siguientes conversaciones detecte en mi tía una sensación extraña, ella hablaba en demasía de mi primo, me comento ...
... algunos encuentros bochornosos como el siguiente:
En una ocasión, cuando se quedó sola en la casa, comenzó a realizar el aseo y transcurrieron unas horas, mi primo y mi tío por lo general llegaban después de las 9 pm de sus respectivos compromisos de trabajo-diversión. Ella como a eso de las 4 pm se dio un baño y se colocó una ropa muy ligera y fresca ya que hacia algo de calor (una tanguita y un brasiere). Al salir se dirigió a su cuarto para ponerse una bata y cuál fue su sorpresa que al entrar estaba mi primo. El la miro entre asombrado y apenado pero lo hizo directamente recorriendo su figura. Ella se cubrió de inmediato y no le dio importancia, él solo indicó
—¿eres preciosa, sigue ejercitándote y seguirás así!
Deduje con el tiempo que ella se sentía excitada y le comenzaba a gustar la provocación hacia mi primo. Él es algo alto (1.82 m.) blanco, pelo castaño claro y ojos miel, bastante atlético aunque es medio parrandero y con 25 años.
En una conversación por correo le pregunte que si había comenzado a sentir interés por su hijo, ella se descontrolo, después de una pausa algo incomoda, me aclaró que si, que comenzaba a sentirse atraída pero que nada sucedería. Yo estaba celoso. Después de tocar el tema varias ocasiones y con distintos puntos de vista concluimos lo inevitable, el solo pensar en hacer el amor con él la excitaba, pero a su vez, el posible rechazo la aterraba, no sabía qué hacer. Pasaron los meses y reanudamos relaciones con más serenidad e igual ...