Lo que aprendí en un putero: Unas clasecitas para coger
Fecha: 26/07/2017,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Elzita Zorrita, Fuente: CuentoRelatos
... de seguir chingando, ni estaba pensando.
Mi primo me dijo:
-Vamos con ellos cariño, para ver de cerca como lo hacen...
Dudando, y murmure:
-¿Así?
Sin responder ni dejarme escapar, me tomo de la mano y nos dirigimos a la escalera para bajar. Lo seguí dócilmente, como hipnotizada, pendejamente, sujetándome la pinche blusita abierta. (En privado me reí porque estaba preocupada de cubrirme con la pinche blusita estando con la buchaca y las nalgas bien a la vista). Antes de entrar la madrota nos dijo:
-Aquí si ya no puedo hablar como lo hice arriba, si prefieren salir no hay problema. De cualquier manera están seguros.
Mi primo respondió que saldríamos si yo no se sintiera a gusto. Ella movió la cabeza aceptando.
Al acercarnos, las huilas ni se movieron, ellas sabían de la movida. Y sabían que era posible que entráramos. La madrota les hizo una seña de ok con la mano y todos siguieron en lo que estaban. Los tipos me examinaron calculando si les interesaría follarme. En ese momento no lo pensé.
Estaba muy quieta viendo de cerca como estaban cogiéndose a la que estaba entre los dos. Mi primo me abrazo y acaricio, cachondeándome. Abrió la blusa y me la quito dejándome como las otras puchachas, encuerada. Me incline sobre la cama, abrí las piernas y me ensarto como mariposa desde atrás.
El cabrón más próximo se acercó un poco y sin sacar el camote de su puta, me acariciaba los pechos pendulantes. Sentí vagamente como mi primo me empujaba para ponerme ...
... más al alcance. El que estaba del otro lado, igual, sin dejar de follar, también me acarició las nalgas y las piernas y pronto pasó a la raja, metiéndome los dedos. Solo baje la cabeza y acelere los movimientos del culo.
Empujándome suavemente me dijo roncamente:
-Arrodíllate en la cama amor... Entendí de inmediato y me puse de a perrita, los tipos metieron más las manos.
No imaginé lo que vendría. Uno de los pendejos, le hizo señas a mi primo de darle chance. Después supe que dudo un poco, le hizo seña de colocarse junto y cambiándose de lugar le dejo el campo para cogerse a la nueva zorra (¿la de pilón?). De inmediato se acomodó y me metió la pija, yo estaba en otro mundo, un mundo lujurioso y cachondo, ni cuenta clara me di.
Estaba quieta de ojos cerrados, moviéndome suavemente, respirando fuerte con la boca abierta. Mi primo acariciándome, se quedó viendo cómo me cogían.
El tipo se vino rápido. Y se salió echándose a un lado, satisfecho. Sin esperar, el que estaba siendo mamado se me puso por atrás y también le clavo su chaira a esta perra cogelona.
La (¿otra?) piruja viéndose libre, se acostó tranquila, sonriendo, viendo como sus clientes comían carne fresca.
Cuando me vine, mi primito espero que se me pasaran los espasmos, y desnudos regresamos al entrepiso para vestirnos y salir. La madrota nos dijo:
- Pueden regresar cuando quieran. Y si Elzita quisiera trabajar conmigo, será bienvenida.
-¡Gracias! Respondí en voz baja medio apenada.
Y ...