1. Mi historia con una mujer maltratada (5)


    Fecha: 19/04/2024, Categorías: Hetero Autor: Tmy456, Fuente: CuentoRelatos

    ... ponés de tu parte, la verdad que es un poco al pedo estar juntos. Tenés que aprender a hablar, flaca.
    
    —...
    
    —...
    
    Ninguno de los dos dijo nada más, ni una palabra.
    
    Llegó el momento del almuerzo.
    
    Nos sentamos a comer y nadie emitió palabra. Ella se levantó de la mesa, fue a la vinoteca. Agarró el vino más viejo que tenía. Tomó dos copas, las puso en la mesa y descorchó la botella.
    
    —Ahoguemos nuestras penas con alcohol, dijo.
    
    Le acerqué mi copa para que me sirviera. Me sirvió, lo olí y tomé un sorbo, me ardía el labio.
    
    —¿Y?, preguntó.
    
    —...
    
    —¿Me vas a responder?
    
    —Está bueno.
    
    —Este vino lo trajo mi papá de Mendoza, lo tengo hace añares.
    
    Me sorprendió bastante. Anen había abierto un pedazo de historia de su familia en frente mío y para mí.
    
    Nos tomamos toda la botella y nos sentamos en el sillón. Lo último que recuerdo es que nos dimos un abrazo. Luego, mi mente se nubló y perdí la consciencia por el alcohol.
    
    Me desperté a la noche, estaba desorientado. Ella estaba preparando la comida. Traté de levantarme del sillón y no podía.
    
    —Anen...
    
    —...
    
    —¡Anen!
    
    —...
    
    Hacía caso omiso a mis llamados.
    
    De repente un hombre encapuchado tiró abajo la puerta del departamento y entró. Sacó un revólver y ella gritó. La liquidó ahí nomás de dos tiros, saqué fuerzas de dónde no tenía y me levanté del sillón, me dirigí hacia él para pegarle, el tipo se volteó y disparó en la cabeza, mi cabeza.
    
    Me desperté en la cama hiperventilándome, ...
    ... estaba sudando, fue todo una pesadilla. En un momento me pegué una cachetada a mí mismo, para ver si seguía en el sueño. Para mi suerte, no era así. Me levanté medio mareado. Abrí la puerta de la habitación. Fui a la cocina y ahí estaba, con su cuerpo y cara de ángel, revolviendo unos fideos en una olla. Corrí hacia ella, la abracé, suspiré y dije:
    
    —Gracias al destino que estás bien.
    
    Casi me desvanezco al ver que ella estaba bien, fue como un alivio, por suerte pudo agarrarme con una mano de la cintura y con la otra de un hombro. Me pidió que me sentara en una silla.
    
    —¿Qué pasó? Justo te iba a ir a despertar, dijo intranquila.
    
    —Tuve una pesadilla.
    
    —¿Qué pesadilla?
    
    De inmediato, dejó lo que estaba haciendo y escuchó lo que había pasado.
    
    —Qué terrible, dijo con cara de preocupación.
    
    —Cuando el tipo me disparó, desperté. Y vos no me hablabas. Fue terrorífico.
    
    —Bueno, tranquilo. ¿Me bancás un cachito que termino de cocinar?
    
    —Dale, no hay problema.
    
    Yo de lo que tenía miedo era que fuera todo una visión, yo no creo para nada en ese tipo de cosas, pero si me lo preguntan, se sintió muy real.
    
    Anen sirvió los fideos y ninguno de los dos pudo comer. Estábamos muy traumados por todo lo que estaba pasando.
    
    —¿Me perdonás por cómo te traté ayer?, preguntó agarrándome de la mano.
    
    —No pasa nada.
    
    —¿Te sigue doliendo?
    
    Me tocó la cara en el lugar del golpe. La sangre ya se había coagulado y hecho cascarita, pero me seguía doliendo, no lo manifestaba ...
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