1. Mi historia con una mujer maltratada (5)


    Fecha: 19/04/2024, Categorías: Hetero Autor: Tmy456, Fuente: CuentoRelatos

    ... conmigo mismo, me estaba volviendo loco. Me sentía re perseguido.
    
    —Tommy, volvé a la cama.
    
    —...
    
    —Tomás.
    
    —Sí, voy, bancame un... un segundo.
    
    —Dale.
    
    Fui a la habitación y me acosté junto a ella en la cama. Tenía espasmos.
    
    —¿Qué fuiste a hacer?
    
    —Fui a tomar un vaso de soda.
    
    —Si no te gusta la soda a vos. No me mientas.
    
    Ya no sabía ni lo que me gustaba.
    
    —¿Te puedo contar lo que acabo de soñar?
    
    —Sí, dale. Para eso estoy.
    
    Nos sentamos en un lado de la cama y le conté lo que pasó en el sueño al pie de la letra. Mientras se lo contaba yo lloraba desconsoladamente, jamás lloré así en toda mi vida. En algunos momentos me decía: "Modulá, porque no te entiendo, mi amor" o "Repetime". Cuando lloraba de esa manera y hablaba ni yo me entendía.
    
    Al final de todo, me pasó el pelo por atrás de la oreja y me abrazó.
    
    —Ya está. Tranquilo. No pasa nada. Estoy acá.
    
    —¿Te das cuenta de que sufro igual que vos?
    
    —Sí, ahora sí.
    
    Nos dormimos, abrazándonos.
    
    Me desperté más tranquilo, pero aún muy nervioso, al día siguiente a eso de las 7:30 de la mañana.
    
    Igualmente no tomé el desayuno y me senté en el escritorio de mi novia a pensar. Hablaba conmigo mismo como si estuviera fuera de mis casillas. Anen se sentó al lado mío, con un café, lo dejó arriba del escritorio y me abrazó. "Soltáme", le dije, y me comí las uñas. Ella me dijo:
    
    —Necesitás un abrazo.
    
    —No necesito nada.
    
    —Necesitas algo.
    
    —¡¡¡NO NECESITO NADA!!! grité.
    
    —Eu, calmate. ...
    ... No grites.
    
    —¡¿Cómo no querés que grite?!
    
    En ese momento, alguien tocó la puerta.
    
    —Quedáte acá, por favor, me dijo.
    
    Se fue y yo me quedé en la silla. Escuché como Anen discutía con un vecino que había escuchado mis vociferaciones y de paso se estaba quejando de que a la noche hacíamos mucho ruido.
    
    Me re calenté, me levanté de la silla, fui y le dediqué unas palabras al señor, por no llamarlo de otra manera más ofensiva. Sólo Anen me separaba de él, estaba yo, Anen, la puerta y el tipo afuera. "Escuchame, pelotudo. ¡O rajás de acá o te arranco la cabeza, chupapija!". Salió espantado, era un hombre de entre unos 40 a 50 años. Ahora que me pongo a pensar me pasé un poco con él. Pero yo estaba mal.
    
    Anen cerró de un portazo y me miró enojada.
    
    —¿Qué te dije?, me preguntó.
    
    —¡Me tiene harto toda esta mierda! ¿A vos no te molesta? ¿No te rompe las pelotas?
    
    —Si, pero yo no me pongo violenta y empiezo a decir que le voy a arrancar la cabeza a alguien. ¿En qué estás pensando, Tomás?
    
    Esas palabras me hicieron reflexionar y en seguida se me cayeron unas lágrimas.
    
    Me dijo con esa voz suave que tiene:
    
    —Tranquilo, yo te entiendo.
    
    Se acercó, se paró en puntas de pie y me dio un beso en la frente.
    
    La besé en la boca de manera salvaje, mordía sus labios fuertemente y con rabia, le metía la lengua hasta la garganta, no sabía por qué, hasta hoy no lo sé. Se ve que le gustó porque ella también puso de su parte y continuó besándome, la puse contra la pared del ...
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