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Contacto en Murcia
Fecha: 25/07/2017, Categorías: Fetichismo Autor: Perseo, Fuente: CuentoRelatos
... unos segundos que la incipiente erección, probablemente debida a los nervios; subiera al máximo, al punto de tener miedo a eyacular, para evitar lo cual tuve que hacer verdaderos esfuerzos. Llegados a este punto, ella me dijo que nos fuésemos a la zona de colchonetas y tras secarnos, no tumbamos en una de ellas mientras el marido permanecía observando sin tomar parte en nada. Ella permanecía tumbada boca arriba mientras yo le agarraba los pechos y le chupaba los pezones y poco a poco fui bajando hasta el sexo. Con suavidad, le levanté las piernas doblando las rodillas y abriéndolas hasta que el sexo se mostró abierto y jugoso. Comencé a pasar la lengua por el pliegue entre los labios mayores y menores, en círculo alrededor de la vagina. Posteriormente, comencé a acariciar el clítoris con la lengua con movimientos rápidos y lo abracé con los labios succionando y soltando, como si estuviera mamando de una teta, a veces mantenía la succión fuertemente y lo masajeaba con la lengua. Si recuerdas una carta en la que te mencioné una chica que decía “este si sabe lo que hace”, la chica era ésta. Mientras jugaba con el clítoris y la vagina, le mantenía agarrados los pechos con las dos manos apretándole los pezones con los dedos índice y pulgar y girándoselos como si fuesen unos botones de radio. Ella no paraba de gritar y no sé si tuvo algún orgasmo, aunque la lubricación era abundante. Cuando ella estaba casi en el clímax, me quitó la cabeza de entre sus piernas y poniéndose boca abajo, se puso hincada de rodillas con la cabeza sobre las manos en la colchoneta, invitándome a que la penetrara, lo cual hice, aunque con movimientos lentos en principio para ir aumentando el ritmo progresivamente hasta alcanzar el orgasmo, después de ver que ella ya lo había alcanzado. El marido estuvo mirando la escena sin intervenir mientras se masturbaba.