Mi sesión de masturbación tras el encuentro con Carol - Relatos Eróticos

Mi sesión de masturbación tras el encuentro con Carol

A principios de semana os contaba mi encuentro con Carol, mi primera experiencia lésbica. Bien, pues ese mismo día nos despedimos y cada una se fue a su casa. Llamé a mi novio por el camino y me comentó que le había surgido un imprevisto y que iba a salir tarde del trabajo. Pensar que iba a estar al menos dos horas solo en casa me hizo sentir ya un pequeño pinchacito y a la vez calor en mi coño pensando en tener un rato para mi sola (a pesar de tener pareja me sigo masturbando a diario y para mí estar sola en casa es sinónimo de autosatisfacción).

Mientras iba caminando por la calle hacia mi casa cada vez me iba poniendo más cachonda... Noté como cada vez me iba mojando más y más. Incluso yo misma me sorprendí al ver que con todo el placer que acababa de experimentar siguiese teniendo ganas de más. Me encontré un portal abierto, tuve una idea... y decidí entrar. Me escondí un poco en la parte de los buzones ya que estaba bastante oscura y metí la mano en el bolso buscando algo que me pudiese servir para lo que yo quería. Encontré dos bolígrafos, dos barras de labios y dos aurículares. Me los metí dentro del tanga y salí. Tenía la zona tan sensible que fue un placer indescriptible lo que sentí mientras caminaba con esas 5 cosas rozándome todo el coño (que por cierto, llevo completamente depilado).

Una vez llegué a mi portal, llamé al ascensor y nada más entrar empecé a frotarme el coño con una mano y las tetas con la otra. De repente, se abrió la puerta y se subió uno ...

... de mis vecinos. Se me había olvidado pulsar el botón!! Intenté disimular lo mejor que pude, pero aún así me di cuenta de que no me paraba de mirar al escote. Hice como que no me daba cuenta pero cuando se bajó del ascensor supe por qué era... Tenía más de medio pezón asomándose por fuera de la camiseta!!! Darme cuenta de ello me puso aún más cachonda...

Por fin llegué a mi casa, cerré la puerta y fui quitándome la ropa de forma apresurada. Cuando llegué a mi cuarto ya no tenía nada. Me quedé completamente desnuda frente al espejo observándome. Tengo el pelo por debajo de los hombros con las puntas más claras, ojos marrones. Soy bajita y delgada, pero con unas grandes tetas (una 100. Empecé a tocarme poco a poco, acariciándome. Primero los pechos suave, bajé hasta el coño más que mojado, solo acariciándome. Me acerqué al espejo y me senté en el suelo, con las piernas bien abiertas para verme bien el coño rosadito, mojado e hinchado. Comencé a apretarme fuerte los pezones, me encanta hacerlo cuando estoy cachonda, me da mucho placer. Cada vez estaba más mojada. Quería bajar al coño, meterme los dedos, correrme, pero a la vez no quería dejar de sentir la presión fuerte en los pezones, así que cogí dos pinzas de la ropa y me las puse en los pezones. Primero me hicieron daño, pensé que no iba a soportarlo y que tendría que buscar otra cosa pero no fue así. Al momento el dolor se convirtió en una especie de placer doloroso.

Quedaron entonces mis manos libres para darme placer ...