Dos a un tiempo
Fecha: 16/07/2018,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... segundos.
Por un momento pensé en pasar hacia el interior aprovechando que en una parada algunas personas se habían bajado, pero quedé paralizada en la misma postura en la que estaba, y al entrar nuevos viajeros el hombre avanzó unos leves pasos situándose justo detrás de mí, tan cerca que podía sentir como mi espalda y su pecho se tocaban, y llegando a notar su duro pene con los acelerones y los frenazos que daba el conductor.
De nuevo la misma sensación, esta vez, no podía echarle la culpa a la cantidad de gente que había, la mano de aquel hombre estaba recorriendo mi culo de un lado a otro, acariciándolo lentamente, no pude articular palabra, mi cuerpo temblaba mitad miedo y mitad lujuria y mis pezones se endurecieron otra vez.
Aquella fuerte mano bajo un poco mas recorriéndome los muslos entre mis piernas y noté como el se pegaba a mi con fuerza de tal forma que parecía querer atravesarme con su enorme pene allí mismo.
Estuve a punto de emitir un gemido que ahogué a duras penas y en ese preciso momento sentí como aquella masa que había tenido tan cerca se separaba sin avisar, volví la vista atrás y estupefacta contemplé como aquel hombre con cuerpo de atleta y con los ojos mas increíbles que nunca me habían mirado estaba a punto de bajarse del autobús, no lo pensé ni un momento, corrí hacia la puerta pero a causa de los muchos viajeros tardé mas de lo que hubiese deseado, grité al conductor que esperase un momento y entre empujones logré abandonar el lugar y ...
... plantarme en mitad de la calle, miré a un lado y a otro y no veía a la persona que me había conseguido excitar de aquella forma y apesadumbrada comencé a andar lentamente hacia mi casa y a prepararme para un largo camino ya que su parada estaba todavía bastante lejos de allí.
Cuando llegué a la primera esquina, mis ojos no podían creer lo que veían, el, estaba allí, apoyado en un coche con sus enormes brazos cruzados y mirándome con una media sonrisa que me desconcertaba, casi no podía mantenerme de pie no había ni un solo músculo en mi cuerpo que no estuviera en tensión, me acerqué lentamente intentando mantener una compostura femenina y cuando estuve delante de él, intenté hablarle pero la mano de aquel hombre fue directa a mis labios y no dejó que sonido alguno saliera de mi boca.
De nuevo me miró fijamente y no pude mantener su mirada y terminé agachando la cabeza, él me cogió sin mediar palabra del brazo y entró en un piso cercano mientras yo no tuve fuerzas para negarme si es que en algún momento quise hacerlo.
Él llamó el ascensor y los dos entramos en aquel espacio reducido, yo no era capaz de levantar la cabeza y enfrentarme de nuevo a aquellos ojos negros, él puso levemente la mano bajo mi barbilla y me obligó a mirarlo y comenzó a acariciarme la cara, el ascensor se paró en la planta séptima y ambos lo abandonamos, se dirigió a la puerta A de la planta e introdujo la llave en la cerradura.
Tuve ganas de huir, no sabía como había llegado a esa situación, ...