Sumisas de un pandillero
Fecha: 09/03/2022,
Categorías:
Dominación / BDSM
Tus Relatos
Autor: Paola, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Voy a cambiar el nombre de todos los involucrados, por seguridad claro, y es que algunos de nosotros somos algo conocidos en realidad. Yo seré Paola, y tengo mucho que contar sobre lo que viví con un pandillero y dos de mis amigas. De cómo me volvió sumisa a corta edad, cómo me manipulo para que mis amigas les pasara lo mismo y cómo terminamos viviendo las tres en una casa sirviéndoles de putas y sirvientas.
Mis amigas y yo vivimos en la misma zona, una zona muy conocida en Ciudad de México por ser de dinero. En fin, ahora tengo 25 años, pero esto comenzó cuando tenía 15. Soy una chica de piel blanca, de 1,60 de altura. Castaña clara y ojos azules, siempre he cuidado mi figuro, en parte por mi madre, que siempre me decía lo importante que era verme bien, y por otro lado por lo que fui viviendo después. Por nacimiento tengo tetas de buen tamaño, no exageradas, pero sí atraen miradas, y un culo redondo y grande. Con ejercicio le di forma a mi cuerpo, voy al gym diario tres horas… se imaginarán.
En fin, a los 15 estaba en una fiesta, era un cumpleaños o algo de un amigo en la secundaria. No había supervisión de adultos, por eso se coló en ella Juan (Recuerden que cambio nombres). Desentonaba muchísimo, era una fiesta de mirreyes y él es un chico de barrio, tatuado, en camiseta blanca, gorra, ya saben, un pandillero. Iba con tres más del mismo estilo. Juan estaba haciendo ambiente y por eso nadie lo corrió, la fiesta era en Polanco, no quiero presumir, pero el nivel ...
... económico era alto. Después me contaría Juan que iba a esas fiestas a vender droga, por eso no lo corrieron.
Noté cuando me echó el ojo. Y aquí viene una confesión, me gustaban de su estilo, soy la niña fresa mamona que se pierde por el chacal de barrio. Me dejé conquistar, platicó amenamente y me divertí bailando con él. Metió mano discretamente, me agarró el culo, pero no dije nada. Iba en vestido negro, corto. Él en ese momento tenía 25 años. Mis amigas (después profundizare en ellas) me decían que estaba loca, que no me fuera con él, pero yo me moría por probarlo desde que me arrimó su miembro en el culo bailando y le sentí el tamaño. A esa edad había cogido con un solo chico, un novio que tuve y culla relación había terminado hace días.
Juan me convenció de irnos a un hotel, me subió a una moto y eso me hizo humedecerme, me sentía en una película tipo romeo y julieta en clases sociales distintas. Llegamos a un hotel y me dijo que se notaba que yo tenía mas dinero que él, que yo pagara. Primero me saqué de onda, pero acepté.
En cuanto llegamos al cuarto dejó de ser lindo, pero no de golpe, comenzó con cosas pequeñas. Primero me empezó a decir perrita o putita. Me dijo “desnúdate bailando perrita” mientras se sentaba en la cama para verme. Me pareció divertido y lo hice, en ese entonces les faltaban un poco a mis tetas por crecer, pero la cintura y el culo ya estaban en su punto. Cuando me iba a quitar la tanga me detuvo “chúpamela” me dijo. Me entraron nervios por que mi ...