Volví de mis vacaciones, 3 semanas de mucha diversión con amigos. Poco pero muy rico sexo con unos sementales negros que les contaré en otra ocasión.
Los recuerdos de mi maratón anal en la granja de mis abuelos antes del viaje me dejaron con ganas de repetirlos. Mientras me duchaba durante las vacaciones me masturbaba con los recuerdos que llegaban a mi cabeza.
Hablé con mi macho y cómplice para organizar. Como mis abuelos estaban de vacaciones junto con unos tíos, y la casa de ellos llena de parientes, decidí ir durante la semana por la noche así no me vieran, total donde vivo actualmente tengo un viaje de tan solo 1 hora hasta ahí.
Llegué como a las 21 hs. para descargar a mi amante primero como es costumbre. Todavía no había tomado su viagra así que por el momento solo se descargó en mi concha no sin antes sacarme dos orgasmos seguidos, es que venía muy cachonda pensando en todas esas vergas partiéndome al medio.
Quería ir directamente a los caballos, pero los perros estaban reclamando su atención, así que los dejé dilatar mi culo y que lo llenen de leche y aproveché de tomar mi ración con uno de ellos que se la mamé como 10 minutos hasta que dejó de tirar sus chorros.
Empezábamos con lo importante. Al que miraba tenía su verga tiesa, olfatearon a su hembra así que esperaban su turno. Esta vez intercalaría las vergas entre mi culo y mi concha que también estaba pidiendo vergas a grito. Sin descanso, esta vez mejor organizado por el viejo, ató a cada animal frente a ...
... su box, por lo que no tenía que entrar cogerlo y volver a salir con cada uno, simplemente se bajaba uno y pasaba a la par donde el otro ya estaba listo. Antes, cuando ya me cansaba, había unos fardos donde apoyarme y él traía de a uno a los animales dejándome un pequeño tiempo de descanso entre verga y verga. Cosa que ahora con las modificaciones que hizo mi amante ya no tendría. Mi amante había visto los accesorios que tenía en mi casa para coger cómoda según el animal, así que adaptó lo que había para que pudiera hacer lo mismo.
Con los ponys pasamos de estar en 4 a hacer el misionero recostada sobre fardos chicos para nivelarme bien, que me ayudaron a recostarme y estar mejor ubicada para una penetración más cómoda y profunda.
Con los otros caballos y el burro, me ubicaba debajo de ellos con mi cabeza entres sus piernas delanteras que me sostenían de sus embestidas para que no me saliera. Ahora me arrodillaba en los fardos y me sostenía de las barandas de los boxes con mis manos. Los caballos se levantaban sobre sus patas traseras y se apoyaban sobre unos fardos laterales a mí que me permitían sentir parte de su peso, algo que siempre me agradó, el sentirme dominada por mis machos. Yo quedaba en una posición casi igual al de las yeguas, y su penetración era más fuerte y profunda, en este caso me dejaron doliendo la concha por todo el pedazo que me entro. Pero mi culo lo agradeció.
Con mi semental más grande, por su tamaño y porte hizo uno más reforzado y acorte, sentí un ...