2.- Claudia y Julián. - Relatos Eróticos

2.- Claudia y Julián.

... yo estaba haciendo en su rica pinga y desde ese entonces cada mamada que le daba lo veía a los ojos,  no sé porque pero ahora ya no podía separar mi vista del rostro de Julián; ahora su placer era mi placer, me sentía satisfecha de hacer gozar a ese macho, también vi su abdomen y realmente Julián lo tenía bien trabajado y bien marcado; decidí adoptar bien el papel de mujer caliente y mientras le mamaba el plátano, con mis manos acariciaba su abdomen, pasaba mis dedos y mis uñas por todo su duro abdomen; Julián comenzó a subirse al centro de la cama y yo sin sacarme su pene de la boca también me fui subiendo, cuando estuvimos completamente en el centro de la cama él quedó acostado con las piernas abiertas y yo quedé en 4 sin soltar su longaniza, no podía ni quería dejar de mamársela, dejaba de hacerlo únicamente para acariciar mi rostro con su suave y linda tranca, estuve chupando como desesperada ese lindo palo por más de 20 minutos y pude haber seguido de no ser porque Julián ya quería otra cosa, se zafó de mi boca y se puso de pie y fue a buscar algo en su pantalón, yo hipnotizada me giraba hacia él y veía como caminaba con su vergota bien parada, Julián sacó de una bolsa de su pantalón un frasco con lubricante, untó un poco en su mano y la estiró para buscar mi anito, hizo a un lado mi tanga y comenzó a untar lubricante en mi culito, lo empezó a preparar para no lastimarme, en cuanto se acercó a hacer eso yo no desaproveché la oportunidad y nuevamente me tragué su ...

... verga, él seguía untando lubricante en mi todavía inmaculado culito, cuando terminaba de poner lubricante me acariciaba las nalgas y de vez en cuando me daba unas deliciosas nalgadas. Julián se zafó de mi boca , se subió a la cama y se puso justamente detrás de mí, al momento que me quitaba la tanga me sentí emocionada de ver como su chilote bien duro y parado se acercaba a mis nalgas, Julián sabía cómo tratarme, de vez en cuando ponía la cabecita de su verga en mi culo y después la retiraba, se agachaba un poco para acariciarme y besarme la espalda y me decía cosas lindas en los oídos y con sus manos acariciaba mis senos, de vez en cuando me golpeaba las nalgas con su pene y también me daba nalgadas; así me traía para desesperarme y yo ya ansiaba eso que momentos antes pensé que nunca sucedería, pues hace apenas unos minutos yo solo deseaba mamarle la verga.
Julián untó lubricante en sus 17 cm de carne dura y parada, también untó en mí ano, a través del espejo veía toda la escena, estaba yo en 4 patas y atrás de mí estaba Julián, observándome y acariciándome, dándome unas nalgadas que me excitaban. Con su verga bien lubricada apuntó justo a mí ano y empezó a metérmelo lentamente, Julián sabía hacerlo pues mientras me iba metiendo su verga, se inclinaba un poco hacia mí para besarme la espalda, las orejas, la nuca y además me decía cosas lindas, me decía que estaba hermosa, que yo le encantaba y que era su putita, metía lentamente su verga para no lastimarme, aunque me dolía no ...