Qué rica verga tienes, Papi
Fecha: 08/07/2018,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Dulce Fuego, Fuente: CuentoRelatos
... la sensación desapareció, dejándome solo un intenso dolor en las costillas.
-Esas no son formas de contestarme, puta inmunda. A mi me hablas de usted y cuando te pregunte algo, te diriges a mi como "amo" o "señor" ¿Te queda claro o tengo que darte otro chingadazo para que entiendas?- No supe qué contestar, pensé que el tipo se había vuelto loco y que tenía que irme de ahí en cuanto pudiera. -¡Contesta, puta!- Me gritó y cumpliendo su amenaza, me dió otro golpe con el puño cerrado en el mismo lugar donde me había golpeado la primera vez.
-No, ya no, por favor, no pe pegues, déjame ir, ya tuviste suficiente-. Le respondí, sin darme cuenta que mi respuesta no incluía ni el formalismo ni las palabras con que me había ordenado que me refiriera a él cuando le dirigiera la palabra. Y entonces sentí cómo me tomó del pelo y jaló mi cabeza hacia atrás, pensé que me iba a dar otro golpe, esta vez en la cara y me apresuré a decirle -No, amo, no me pegue, se lo suplico, déjeme ir, ya tuvo suficiente, por favor, ya no me pegue-. Entonces noté aterrada cómo la presión con la que me sujetaba el cabello no cedió, y me abofeteó con la otra mano, pero no pudo darme muy fuerte, pues no le favorecía a su fuerza el estar sobre mi y tendidos en el piso. Aunque no por eso dejó de dolerme. Pero el dolor dejó paso a una excitación inmensa y sentí cómo mi vagina comenzaba a contraerse, en el preámbulo de un orgasmo que no quería tener, no quería que el profesor supiera que el dolor que me ...
... infringía me excitaba, ni mucho menos que lo hacía al grado de producirme un orgasmo, pero ya no podía controlar mi cuerpo y me di cuenta que mi cadera subía y bajaba por sí sola, impulsando a mi vagina a entregarse al invasor. Entonces en un tono de burla, el profesor me dijo -Qué estrechita te pones cuando estás por venirte, puta, aprietas muy rico mi verga-. Luego me soltó del pelo y sujetetándome de las muñecas contra el suelo, siguió ensartándome su miembro; hice acopio de mis últiams fuerzas para intentar zafarme de sus manos, pero mi oposición desató mi adrenalina y solo conseguí no poder contenerme y me vine muy rico, casi convulsionándome debajo de mi profesor y soltando un agudo quejido que evidenciaba la intensidad de mi orgasmo.
Aún con la verga de mi profesor dentro de mi, moví mi cadera y apreté los músculos que hacían más estrecha mi cavidad, pensando en hacer que el profesor eyaculara lo más rápido posible y librarme de la situación. Pero el miembro del profesor parecía inmune a los estímulos que recibía al estar perforando mi coñito estrecho. -Ponte de rodillas, puta, obedece- Y me dió una fortísima nalgada. Yo de mala gana me incorporé cuando él me liberó de su peso, y me puse de rodillas dándome vuelta hasta quedar de frente a él. Cuando levanté la vista vi que sostenía su cinturón en una mano y luego me dijo que iba a mamar su verga y que me iba a arepentir si no me tragaba su semen cuando terminara en mi boca. Pasó el extremo del cinturón por la hebilla y lo ...