1. Fiesta de 15 años


    Fecha: 22/12/2021, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: Yannetta, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Cerraba el día, ella lavaba los platos de la fiesta cuando su sobrino entró a la cocina. Siempre había sido su favorito y ahora que habla cumplido 15 años por supuesto que le había hecho su pastel. La fiesta había sido por demás agradable, con la familia y los compañeros de la escuela de su sobrino. Los invitados ya se habían ido y el resto de la familia había subido a descansar al haberse ofrecido ella a limpiar la cocina. Al ver entrar a su sobrino le sonríe y le pregunta si le había gustado su pastel. El chico no contestó y solo se acercó por detrás y la abrazó. No se sorprendió cuando el la abrazó por la espalda ya que lo hacía con regularidad. El siempre recargaba su cabeza en su espalda ya que aún no era muy alto y apenas alzaba a la altura de sus hombros. Ella continuó su labor cuando sintió que su sobrino se abrazaba a ella con más fuerza que de costumbre, y le gustó que lo hiciera. Fue cuando él comenzó a untar su cadera contra su trasero que se quedó fría. El vaivén era muy sutil pero evidente. Casi tira el plato que lavaba cuando percibió una leve erecciòn en su trasero. Su primera reacción fue quitarse, llamarle la atención y marcarle un alto, pero por alguna razón no lo hizo. La creciente erecciòn se movía de lado a lado, suavemente, como con cariño, mientras sus brazos la abrazaban por la cintura fuertemente. Cerró los ojos, soltó el plato que lavaba y apoyó las manos en el fregadero mientras la erecciòn que se bamboleaba lentamente tomaba fuerza y tamaño. ...
    ... Debió haber emitido un gemido suave, callado pues su sobrino se detuvo por un instante, solo para continuar segundos más tarde. Mientras él untaba su erecciòn contra ella, ella no hacía nada por detenerlo. El lo notó, soltó su cintura y comenzó a acariciar su estomago. Ella sintió cómo se le enchinaba la piel y no pudo evitar gemir de nuevo. Esta vez su sobrino no se detuvo sino que subió sus manos hasta rozar con ellas la parte inferior de sus senos; casi brinca al sentir como sus manos, sin despegarse nunca de su piel, empujaban suavemente sus pechos hacia arriba, como queriendo acomodarse debajo de ellos. Se sintió morir cuando de nuevo sus brazos bajaron a rodear su cintura para volverla a aprisionar mientras su sobrino se apretó más contra ella. Para entonces su erecciòn era enorme, o al menos así la sentía ella al tiempo que él la movía lateralmente, despacio, muy despacio. Deben haber sido ya las 9 de la noche y el resto de la familia se había retirado a sus habitaciones. La planta baja de la casa estaba en silencio, solo se escuchaba a la distancia el sonido de algún televisor encendido. Estaba paralizada, no podía creer que el niño que era su adoración la estuviera abrazando de esa manera, a ella, su tía favorita. Recordó tantos momentos de risas y juegos infantiles. Ella no era casada y a sus 40 años seguía siendo una mujer muy atractiva, acosada por pretendientes a los que nunca les daba demasiadas esperanzas. Su vida eran sus sobrinos. Los cuidaba y procuraba como ...
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