El poli
Fecha: 04/07/2018,
Categorías:
Gays
Autor: juanitocaminador, Fuente: SexoSinTabues
... cerradito y palpitante. Lo dilaté luego con dos dedos girándoselos dentro y presionando en todas direcciones a ese oscuro túnel de placer que iba a acariciar mi pija. Le hice tomar las piernas y comencé a besarlo y acariciarlo nuevamente. Apoyé mi glande en su ya mojado ortito y apenas le pujé. Su esfínter respondió maravillosamente y mi glande se llenó de sensaciones indecibles. No había apuro, besé, mordí, acaricié, chupé, y mientras lo hacía mi pija seguía entrando suavemente en el culo del canita. Matías me acariciaba la espalda con suavidad y apenas se quejaba. Al final le dí un empujoncito más fuerte para que sintiera el golpe de mi pubis en sus nalgas. El canita despertó de su ensueño y me miró con amor. -Ya me la metiste toda Luquita? -Si, putito, te la comiste entera. Comencé a bombearlo suave, primero bien cortito y de a poco hacíendolo más largo hasta casi sacar mi pija completamente de su culo y volver a ensartarlo. Matías gemía con cada penetración y se quejaba con cada sacada, con los ojos cerrados. Sólo los abría para levantar la cabeza y decirme -soy tuyo Lucas, todo tuyo, mi cola es tuya, comémela por favor, comémela siempre. Su pija dura, apretada contra mi pubis me mojada con su preseminal todo el vientre. Luego de media hora de mete y saca, por momentos fuerte, por momentos suave, por momentos quieto mientras le mordía las tetillas o tomándole la cara con las manos lo besaba en los ojos y en los labios, Matías comenzó a quejarse fuerte y su pija comenzó a ...
... reclamar más espacio, me incorporé para dejarla libre y entre ayes, el canita me regaló su primera leche, abundante, tibia. Debí controlarme para que los estertores de su esfínter no me hicieran acabar mientras placenteramente recibía sus trallazos en mi pecho y mi vientre. Cuando se serenó y comenzó a mirarme con una dulce expresión de felicidad, tomé su semen con mis dedos y lo llevé a mi boca, lo saboreé con un "mmmmm", tomé más semen y se lo dí a probar. Me chupó los dedos como si fuera la más lujuriosa de las pijas, con la misma intensidad con que le hubiera chupado la verga a mi "cliente". Para que sus piernas descansaran, sin dejar de cogerlo, con toallitas húmedas limpié todo el semen de mi pecho y de su pubis, sin sacársela lo giré, y de a poco, con toda la habilidad que me había dado el yoga, y con su ayuda, fui maniobrando su cuerpito para dejarlo boca abajo completamente acostado en el centro de mi cama. Mi lindo policía sonreía, con su mejilla apoyada en mi almohada, mientras yo, completamente apoyado en su espalda, seguía taladrando suavemente su culito, que a esta altura estaba completamente mojado por sus mocos rectales y mi preseminal, y abierto de tal manera que hasta le podría haber metido mi puño sin que le doliera, pero esas cosas no me gustan. Así seguimos por otra media hora, sexo delicioso para él y para mi, pero de nuevo los huevos de mi bello oficial de policía querían hacer disparar su arma. Lo puse en perrito y comencé a moverme de forma de excitar ...