1. Algo especial


    Fecha: 04/07/2018, Categorías: Erotismo y amor Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... descontroladamente, mientras Jesús soltaba su semen dentro del preservativo.
    
    Eva cayó encima de Jesús, sin moverse, Jesús se quedó quieto también, sujetándola por las caderas. Estuvieron sin moverse por más de cinco minutos.
    
    Eva se comenzó a mover, sacó el flácido miembro de su interior, incorporándose, poniendo los pies en el suelo. Jesús le dio un pañuelo de papel, ella no sabía de donde lo había sacado. Lo usó para limpiarse la humedad, se puso el pequeño tanga y se puso el vestido.
    
    Durante ese proceso, Jesús se había retirado el preservativo, había comprobado que no tenía ninguna fuga y le ató un nudo. Cogió la funda, metiéndolo dentro y lo mantuvo en la mano. Cuando Eva terminó de vestirse, cogió sus bosas de donde las había dejado, se acercó a Jesús y le cogió el preservativo.
    
    - Yo lo tiro, como siempre- dijo Eva.
    
    - ¿Lo tienes todo?
    
    - Si, ya está todo, me marcho, tengo algo de prisa.
    
    Eva besó a Jesús en la mejilla, fue hacia la puerta y salió. Cerró suavemente.
    
    Jesús fue hacia el baño, recogió el pantalón corto y lo echó a lavar.
    
    Abrió la ducha y se metió dentro. Tenía que lavarse bien, como hacía siempre, para que su prometida no notase que había tenido sexo. Siempre se preguntó cómo haría Eva para que su marido no lo notase.
    
    Tuvo un pequeño brote de añoranza cuando recordó el tiempo que Eva y él estuvieron juntos, lo que disfrutaban del sexo, como se conocían el uno al otro, pero el recordar como rompieron y estuvieron un año sin hablarse, lo volvía a la realidad.
    
    Una noche recuperaron la amistad y decidieron hacer el amor, como a los dos les había gustado, como les gustaba hacerlo y así surgió la costumbre de que ella o el quedasen cada dos o tres semanas, hicieran el amor como siempre lo habían sentido y luego cada uno hiciera su vida.
    
    Jesús terminó de ducharse, se secó y se puso ropa limpia, aireó la casa y se puso a leer en el salón. Su prometida llegó dos horas después.
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