Cola de coneja (las nalgas de mi suegra) - Relatos Eróticos

Cola de coneja (las nalgas de mi suegra)

... para variar y no recuerdo porque se molestó conmigo y casi casi me corrió de su casa. Y estuve tratando de contentarme con ella y desde afuera le marcaba a su celular y no me contestó. También para variar su mamá no se encontraba en casa e iba llegando y le conté todo cuando me preguntó que que sucedía. Ella entró para hablar yo esperaba desde la sala. y pude escuchar su discusión. El caso es que cuando vi que debía retirarme salí porque ella se negó rotundamente a hablar conmigo. En ese entonces no tenía auto y me fui  caminando muy triste, ya teníamos varias semanas así discutiendo y esa ocasión fue la más fuerte . A mi camino se acercó un coche me a orille y asombrado vi que se trataba de la señora Chely. Me detuvo y trató de disculparse. Ante mi evidente tristeza se ofreció a llevarme a su casa ya que debía comprar algo para cenar. Mi pena se empezó a borrar cuando subí al coche y apenas noté su exquisito aroma del perfume que usa siempre. Además que su vestido azul que llegaba hasta arribita de las rodillas me dejó ver sus hermosas piernas. Me aconsejaba acerca  de nuestros problemas y notó que yo me estaba enfocando en sus deliciosos melones. Me sonrojé cuando guardó silencio pensé que me iba a reclamar . Menciono uno de tantos días que cogíamos en la sala de su casa y aunque apenado le afirme que si me había dado cuenta que nos observaba. Sin más preámbulo detuvo el coche en un parque que se encuentra cerca de el fraccionamiento donde viven, se desabotonó el vestido y ...

... libero sus enormes melones no había nada que decir  me fui sobre ellos. Olía bien rico sus pezones oscuros se endurecieron al sentir mi lengua tocarlos. Olvide por completo quien era la mujer a quien  yo chupaba sus tetas  y a mi novia desde luego. Hábilmente bajo el cierre del pantalón y me devolvió el favor. Chupaba como toda una experta mi verga que casi casi me hace estallar ella  lo notó y dejó de hacerlo. Se pasó al asiento de atrás, abriendo sus piernas me ofreció su panocha depilada y  húmeda al  momento de quitarse la tanga que llevaba puesta. Metí mi cara entre esos muslos blancos y lamí toda la humedad que emanaba de esa cavidad. Su olor era entre jabón y sexo supuse que había cogido horas antes. Y lo caliente de su interior al meter mi verga de un solo golpe lo constató. Prácticamente me hizo descargar rápido dentro de ella. Por temor a que algunos vecinos se dieran cuenta o peor aún llegara su esposo. Nos despedimos en cuanto arreglamos lo más posible nuestra ropas, casi no hablamos me dejó cerca de mi casa y  nos despedimos. Ala mañana siguiente me marcó temprano y pidió vernos. No dudé en aceptar inevitablemente terminamos en un motel. Volver a ver esa panocha por la cual salió Valeria era verdaderamente morboso y excitante. Mi suegra era toda una fiera en la cama y sabía lo que quería exactamente. Era muy excitante ver sus nalgas subir y bajar de mi erección cuando de espaldas se clavaba mi verga y por encima de su hombro me decía excitada que no la juzgara... ...