En la cocina - Relatos Eróticos

En la cocina

... interpuse en su camino, le dije que no se preocupara, que yo me regresaba al cuarto, pero algo me hizo pensar que de alguna manera era su plan y sin importar me lancé a besarla, quiso oponerse alegando que mi novia podía regresar en cualquier momento, pero la tomé con fuerza y sin decirle nada la besé y cargandola la senté en el mesón de la cocina, trataba de oponerse pero sin mucho esfuerzo, yo estaba a reventar, podía sentir mi pene más duro que nunca, empecé a acariciar sus senos fuertemente y ella soltaba pequeños gemidos, yo tocaba esas nalgas perfectas y efectivamente duras, como las imaginaba, ella sin pensarlo sacó mi enorme verga de la pequeña pantaloneta que lo cubría y me dice... ahora se porque tu novia gemía feliz anoche, sin pensarlo se lo llevo a la boca y empezó a chupar como loca, yo no podía creer lo que estaba ocurriendo, pero lo estaba disfrutando como nunca, nuevamente la sente en el mesón y empecé a bajar buscando esa rajita deliciosa y caliente, cuando la tuve al frente me subió la excitación al ver esa pequeña tanga dejando salir algunos vellos, como me gustan, quise dejar la tanga y solo la corrí a un lado y esa chocha mojada entre algunos pelitos me pedía a gritos que la ...

... comiera toda después de estar tanto tiempo sin ser penetrada, me dirigí y pasé mi lengua atrapando toda esa rica miel y ella soltó un gemido pidiendo que se la metiera, me puse de pie y ella agarró fuerte mi verga y la puso en la entrada de esa rica chocha deseosa y mojada, la agarré de las nalgas fuerte y empuje mientras sentía el hilo de la tanga perderse entre dos nalgas deliciosas, ella gemía y disfrutaba cada embestida, mientras yo chupaba esos senos con pezones duros, pude sentir como llego al orgasmo con sus gemidos y manera de retorcer y apretarme con sus piernas, quise voltearla  en 4 mirando esas hermosas nalgas metí la mano abajo, corri nuevamente la tanga y abriendo esa rica vagina le metí mi verga de un tirón, pude oír como gritó muy fuerte y apretaba su chochita, cuando iba a acabar lo saque y lo lleve directo a su boca pero ella prefirió echarlo en su cara mientras lo lamia y lo estregaba en sus mejillas... nos quedamos un rato mientras me confesó que tenía mucho tiempo en aquel lugar sin estar con un hombre y que la noche anterior se había masturbado escuchando a mi novia gemir, se repitió dos ocaciones más hasta que regresé a la ciudad... nadie se enteró y nunca volvimos a tener contacto.