Viaje en tren
Fecha: 08/07/2023,
Categorías:
Confesiones
Autor: Lustsins, Fuente: CuentoRelatos
Me llamo Joe. Les cuento que llevo tiempo queriendo escribir mis experiencias y finalmente lo haré. Soy un hombre de 37 años, de tez blanca, mido 1.91 de altura, de complexión delgada, cabello castaño oscuro y ojos miel, siempre llevo barba tupida. Para mi edad me suelo ver joven, así me dicen, y pienso que es porque llevo ropa de moda y varios tatuajes. Soy bien sociable y algo extrovertido. Aunque suelo pasar como odioso y misterioso de primeras impresiones. Sin más preámbulo iré al grano con el primero de varios relatos que espero hacer para ustedes.
Durante un invierno me encontraba de vacaciones en Italia. Para ese entonces tenía 25 años. Era una mañana de domingo nublada, desperté bien temprano porque quería salir a dar un paseo y conocer la ciudad. Milán es magnífica y tiene una arquitectura formidable, además como negarse a salir estando en la capital de la moda, todo es un espectáculo. Hacia bastante frio, aproveche para vestirme como de revista: use un sweater negro, un jean claro y unas botas altas, coloque un sobretodo bien grueso encima y una bufanda que tapaba toda mi cara y cuello, solo quedaban mis ojos a la luz. Me sentía muy feliz y emocionado de estar en otro sitio de paseo.
Salí del apartamento donde me estaba quedando, el cual se encontraba en el centro de la ciudad, camine par de cuadras y llegue a un café a desayunar, esperaba en fila para ser atendido en esa panadería cuando llego un grupo de chicas justo detrás de mí. Eran todas muy lindas, ...
... como si de modelos se tratara, hablaban italiano lo cual lo hacía un tanto seductor. Mientras me acercaba al mostrador a ser atendido note a través del gran espejo frente a mí encima del mostrador, que del grupo de chicas habían dos que me miraban; sabes cuando sientes que alguien te ve y sabes que hablan de ti pues así me sentía. Miraban de forma penetrante y luego se hablaban y se reían.
Continúe a hacer mi pedido y después de pagar procedí a sentarme en una mesa al final del café. Mientras esperaba saque un mapa y comencé a planificar mi itinerario, lo que haría ese día. Justo en ese momento el grupo de chicas se sentó en la mesa del lado y las chicas seguían mirándome. Muy de vez en cuando, yo miraba esta vez un poco más fijo, como con incertidumbre de saber que pasaba. En ese momento ya pude verme de tú a tú con una de ellas. Note su mirada, sus ojos me embelesaron, no podía dejar de ver sus ojos, eran bellísimos, ojos grandes con una silueta perfecta, de color marrón. De sus ojos baje mi mirada a su sonrisa, de verdad que esta chica era un bombón, ya mi café se había enfriado de tan fuerte conexión que había logrado con aquella extraña en ese sitio. Comenzamos a lanzarnos miradas picaras y provocativas.
Siento que el ya llevar 2 semanas allí disfrutando del paseo no había pasado ni un pensamiento morboso, algo raro en mí, pero ya con este encuentro sentía una pequeña necesidad de que algo sucediera, y creo que era clara oportunidad de sacarle el mayor provecho. De ...