Fecha: 27/06/2018,
Categorías:
Sexo Oral
Autor: dantraloco, Fuente: CuentoRelatos
Lo que hago, lo hago porque me gusta, no para que se enteren mis amigas, aparte, mi aspecto me ayuda a eso, en el sentido que no tengo nada pinta de trola, no soy de esas pendejas que van por la calle y se venden solas, que les gusta dar la imagen de putas. Solo alguna que otra vez, por alguna razón especial, sí, me vestí bien perra, y obvio me miraban como a una puta.
Ahora les cuento lo que me pasó:
Mi novio se fue a jugar al golf con unos amigos, por eso anoche no salimos (pero ayer tuvimos una muy buena tarde a puro sexo, pero del bueno). Hoy al mediodía me llama Mateo, lo que pasó con él lo conté. Pero, ya era muy arriesgado (soy tramposa pero no boluda, sé hasta dónde puedo cagar a mi novio), pero me dejo caliente con las cosas que me decía y con ganas de hacer algún tipo de trampa, pero rápida, no me podía borrar toda la tarde, ya bastante lo cagué a mi novio el otro día.
Ahí es donde empieza mi perdición, cuando empiezo a pensar en hacer algo, y que siempre lo termino haciendo, y se me ocurrió, ir directamente a la casa de Martín (el pendejo de 18 años que vive a dos cuadras de casa y con el que cogí un par de veces), pero lo que me calentaba era ir directamente sin avisarle, con esa adrenalina que me da lo desconocido, es decir si iba a estar, si estaría solo, si iba a pasar algo o no ¿me explico? La adrenalina que me provoca lo inesperado, todo eso me calienta mucho, me gusta, me hace latir el corazón a mil.
Que si, que no, obvio, hasta que al final me ...
... decidí, y así como estaba vestida, con zapatillas, jean, un buzo y un saquito, sin arreglarme nada, me animo y voy a su casa, me abre la madre (que yo no la conocía), le digo que soy una amiga de Martín, me hace pasar y lo llama.
Martín baja, me mira, se queda sorprendido y me dice:
Martín: hola Caro, que sorpresa, ¿qué haces por acá?
Yo: nada, volvía a casa, no tenía nada que hacer y se me ocurrió venir a verte, no se, si estas ocupado, nos vemos otro día.
Martín: no Caro, estaba al pedo, quédate.
Y nos fuimos a su cuarto. Para que entiendan les explico algo: la casa de Martín es enorme, mucho más grande que la mía, en el 1º piso tiene el dormitorio de él, que es donde se junta con los amigos, porque es tan grande que tiene hasta un par de sillones y una heladerita, o sea que para la vieja que vayamos a su cuarto, obvio con la puerta semi abierta es re normal (desde la puerta no se ve nada en el cuarto porque hay un pasillito chico) y arriba está el dormitorio de los viejos (donde una vez cogimos con una pareja, pero eso ya lo conté.)
Les cuento lo más importante, cuando entramos al cuarto, me dice: “sos una guacha, ¡no podés venir así!” “¿por qué?”, le digo yo: “solo te vine a visitar, mira como estoy vestida, así no más”, y él me dice :“sabés que me tenes loco (guau pensé) y la ropa te va a durar poco ¡hermosa!”
Le digo: “jaja, estas en pedo nene, están tus viejos, así que vamos hacer nada más que dos amigos” (no sé porque, pero me calienta, me gusta ...