Holas:
Les cuento la experiencia que viví con un chico mototaxista hace algunos años. Él se llama Raúl. Fue una experiencia loca, hermosa y muy especial, de la que guardo un bonito recuerdo.
Conocí a Raúl través del chat. Él es un chico alto, grueso, que por aquel entonces estudiaba para chef y trabajaba conduciendo un mototaxi por Ciudad Satelite de Santa Rosa, en el Callao, donde queda el hospital Negreiros, para ser más exacto.
La primera vez que nos vimos lo fui a visitar por la zona donde él trabajaba. Raúl me espero en la esquina del hospital, que por aquel entonces aun no existía y solo era un policlínico. Así fue que nos conocimos. Era al terminar la tarde y comenzaba a anochecer. Me dijo para ir a conversar a un lugar descampado que él conocía y así lo hicimos. Era un sitio oscuro, donde quedaban unas fábricas. Cerca pasaban autos y mototaxis, pero igual estábamos algo apartados de la carretera y se podía conversar. Así lo hicimos.
Estuvimos como una hora conversando y conociéndonos y ambos nos gustamos, por lo que decidimos ser enamorados. Fue entonces que nos comenzamos a besar y eso trajo el deseo. Le dije que quizás deberíamos vernos en otro sitio, pero fue inútil, ya estábamos conectados y levanto el polo que llevaba y comenzó a besar mis pechos. Fue muy dulce y me excite mucho. El lugar era tremendamente incomodo, pero eso ya no importaba.
Así fue que, poco a poco, comenzó a quitarme la ropa y quede completamente desnuda para él. Él también se ...
... quitó el polo y se bajó el pantalón. Me beso entera, de arriba a abajo, y me puso en el cielo de la excitación. Antes de ir a verlo, obviamente, me había duchado, por lo que estaba completamente limpia para él y, por eso, no dudo en hacerme un beso negro maravilloso, que hasta hoy lo siento tan rico de solo recordarlo.
El problema era el lugar, que era tremendamente incómodo y, a pesar de sentirme feliz, amada y deseada, estaba adolorida por lo incomodo que era. Pero seguimos. Le chupe su miembro que para entonces ya estaba duro y en ese momento fue maravilloso el solo pensar que ya pronto lo tendría dentro de mí.
Él me puso en posición perrito en el asiento del mototaxi y poco a poco me fue introduciéndome su miembro hasta que la metió toda. Fue entonces que me cabalgó y yo estaba en el cielo. De rato en rato miraba por una apertura de la cubierta del mototaxi para ver si alguien venía, pero afortunadamente nadie se acercó y él pudo terminar sin problemas.
Obviamente, me puso doblemente en el cielo cuando se vino. Fui muy feliz ese día. El problema es que, cuando terminamos, yo casi no podía caminar. Estaba tremendamente adolorida. Después de conversar sobre como íbamos a llevar nuestra relación, él me fue a dejar al paradero y con las justas pude tomar el micro de regreso.
El dolor me estuvo molestando varios días, pero eso no logró opacar mi felicidad, porque sí, fui muy feliz aquella vez. Raúl se hizo mi enamorado desde ese día y, aunque solo estuvimos 8 meses, ...