Mi maestro
Fecha: 25/02/2023,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
¿Por qué le miro a los ojos y su expresión no me deja claro qué siente?, como si estuviera tan tranquilo mientras que yo noto mi corazón en el pecho a punto de salirse.
No puedo apartar la vista de sus manos que suben con suavidad por mis piernas, llegando hasta mis bragas y agarrando el encaje de la cintura para tirar suavemente hacía abajo, hasta desprenderme de ellas.
El nudo en mi garganta crece, la excitación entre mis piernas aumenta y puedo notar en el interior de mis muslos como me voy humedeciendo cada vez más.
"Esto querías, ¿verdad?" me dice mientras su mano acaricia mi intimidad y uno de sus dedos se posa en mi entrada, presionando para entrar. Un gemido sale de mi boca, que callo mordiéndome el labio y echando la cabeza hacía atrás.
"Vamos...vamos... vamos...."
Abro los ojos y me encuentro cara a cara con mi profesor, mirándome con una sonrisa burlona como si supiese perfectamente que estaba soñando.
No podía hablar. Toda la clase me miraba y podía oír los murmullos, en todas las direcciones, sobre mi. Sonrojada apreté las piernas, cerrando los muslos lo más posible consciente de que me había mojado las bragas este sueño, otra vez.
Y es que llevaba varias semanas soñando lo mismo, día tras días y por mucho que durmiera no lograba descansar, lo cual me pasaba factura en clase haciendo que me quedara frita sobre la mesa. Pero el problema no era ese, todos nos habíamos dormido alguna vez, todos habíamos tenido un sueño erótico alguna vez y ...
... todos nos habíamos visto en una situación embarazosa alguna vez. El problema era que mi sueño erótico había sido con mi profesor, el cual tenía delante sonriéndome de manera pícara como si pudiera leer tras mis ojos mis pensamientos.
Desde que vi esos ojos oscuros que se clavaban en mi y esa barba tan bien cuidada, podía ponerle cara en mis sueños a esa persona que me follaba noche tras noche sin piedad. Tras la fina camisa que siempre solía llevar, mal metida en el pantalón vaquero, podía entreverse que pese la edad se mantenía fuerte. La corbata quizás complementaba la absurda obsesión que tenía siempre de fantasear con ellas. ¡Maldita sea!
No sentía nada por mi profesor, solamente una atracción sexual que parecía sacada del cliché más antiguo del mundo. "Alumna seducida por el profesor" podría decirse, pero no era así. No me había seducido, simplemente me atraía experimentar algo nuevo, diferente, dejar atrás la vida clásica y habitual con mi novio y dejarme llevar por alguien que me ponía y me atraía físicamente cumpliendo muchas fantasías en una. La principal era el hecho de que fuera mayor que yo, alguien que me podría enseñar cosas que aún ni podía imaginar.
Pero la mente era una traicionera y desde que le vi no para de jugarme malas pasadas y dejar que este profesor entre en ella. Y no sólo se cuela en mi mente, mis sueños y mis fantasías, si no que ansío con toda mi alma que se cuele en mis bragas.
Quizás él lo sabía y una parte de él era lo bastante lista ...