1. Polvos de pre cuarentena


    Fecha: 10/02/2023, Categorías: Gays Autor: zumurrud, Fuente: CuentoRelatos

    ... preguntar si me iba a dejar hacerle la colita, o todo iba a quedar en una buena mamada.
    
    Si bien ella mucho no podía hablar por tener la boca llena, asentía con un sí ante cada pregunta que le hacía al respecto.
    
    Con su consentimiento, la puse en 4 patitas en el borde de la cama, para poder así adentrarme en esa hermosa cuevita que tiene con mi lengua.
    
    Me esmeré en tratar de darle la mejor chupada de culo de la historia. No sé si lo logré, pero la dilatación que iba logrando me daba algo de tranquilidad de que estaba haciendo las cosas bastante bien.
    
    Ya con dos dedos adentro del orto, fue que le pregunte nuevamente si me iba a dejar hacerle el ojete, pero la respuesta fue un quejido y luego el silencio, hasta que le apoye la cabeza en la puerta del orto, y fue recién ahí que escuché… si papito… pero porfa… cuidame…
    
    Y traté de cuidarla, pero ese culo sin dudas era bancador, así que dudé en cumplir el pedido de Naty. Creo que sólo cuidé ese culito los primeros 10 minutos de penetración.
    
    Me gusta el sexo intenso, fuerte, entregar todo físicamente, terminar exhausto y con la satisfacción de que le di todo a mi putita de turno, y con ella no iba a ser la excepción.
    
    Soy físicamente robusto, y ella tan menudita. Eso me excitaba aún más. La dominación sobre Naty era total. La manejaba en la cama con facilidad al ser tan livianita.
    
    Juro que le clavaba la chota desde todos los ángulos, y ante cada pose los quejidos de placer que escuchaba de su interior me ...
    ... ponían cada vez más loco, cada vez más intenso, cada vez más sexual.
    
    Fue en un momento que vi reflejados nuestros cuerpos en la pantalla de un TV de 43 pulgadas que mi amigo tiene colgado en su habitación. Ese aparato estaba apagado, y hacía las veces de espejo de nuestros cuerpos cogiendo a morir.
    
    Le pedí a Naty que se pare, y la puse de costadito a la TV. La agarré de su cintura por detrás, y tomé sus brazos, a la altura de sus codos.
    
    Ella no paraba de mirar en ese espejo que habíamos inventado. Se veía claramente la diminuta dimensión de su cuerpo, en contraposición con el mío, mucho más grande. Y también se veía claramente mi verga al re palo a punto de explotar. Y creí que esa era el momento oportuno para dejar todo.
    
    Me escupí la cabeza de la chota, y se la afirmé en el ojete, mientras que le trabé sus brazos por detrás de su espalda con los mías, para que no sólo no se me escape, sino para tener un dominio absoluto sobre ella.
    
    Y no voy a mentir, no quería que Naty se pajeara mientras la clavaba, ni pajearla yo. Quería ver el punto de calentura de esta putita.
    
    Es que ahí fui por el orgasmo… de ambos. No me importaba si ella me pedía que parara, o si se quejaba cada vez más fuerte.
    
    Sentí que era el momento de no perdonarla, de enterrarla toda, bien hasta los huevos, y hacer bombeos de pija completa, es decir, bien hasta el fondo, y sacarla hasta el punto que parece que se zafa del culo.
    
    Y a eso, sumarle fuerza, empuje y velocidad. No hay culo que ...
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