1. Esas chicas de limpieza: Vicky


    Fecha: 25/12/2022, Categorías: Confesiones Autor: ElRojo, Fuente: CuentoRelatos

    ... libre y terminábamos en el hotel pues allí no estábamos atados para entregarnos completamente y sus gemidos y gritos inundaban cada rincón de la habitación. Verla prenderse de mi verga y juguetear con su lengua en mi glande era la locura, para luego ver como sus labios estaban prendidos de mi miembro mientras iniciaba su sube y baja bucal, y todo sin que su lengua por dentro siguiera en su juego. ¡Qué mamadas daba esta charapita! Y encima, la condenada no se olvidaba de los gemelos, degustándolos uno a uno y dejándolos bien ensalivados… ¡Una delicia! De allí la fama que tienen las chicas de la selva de siempre mantener satisfechos a sus machos.
    
    Después eso, era yo quien tomaba manos a la obra y hundía mi cara entre sus piernas para saborear todos los pliegues de su vagina y jugar con su clítoris, lo bueno de eso es que Vicky no tenía una pelambrera púbica abundante y así me libraba de atorarme con algún vello. Mientras yo seguía comiendo y comiendo papita, la charapa me revolvía de los cabellos ahogada en suspiros de placer y una vez de quedarme sin lengua, me movía agarrando mi pene y llevándolo hacia la entrada vaginal y procediendo a empujar el glande juguetón hasta que desaparecía dentro de la cueva del placer, Vicky me llamaba para que me eche encima de ella y quedar abrazados y con mi verga llenándola por completo.
    
    —Qué rico se siente mi niña.
    
    —Sí, muy rico sentirte dentro de mí. —respondió Vicky.
    
    —Estás mojadísima y caliente. —dije moviendo mi pene dentro ...
    ... de ella.
    
    —Mmm qué grande. —dijo sonriendo. Siento que choca con el fondo de mi vagina.
    
    —Sí lo sientes cuando empujo pues yo también siento mi glande chocar con algo.
    
    —Antes cuando hacías eso me dolía un poquito pero ahora se siente muy rico. —respondió pasando sus brazos por detrás de mi cuello y fundiéndonos en un beso húmedo y lascivo.
    
    Lentamente nuestros cuerpos se fueron entregando al placer mientras mi pene se abría paso entre las paredes vaginales de mi joven amante y que poco a poco se iba calentando más; y lo sabía pues mi termómetro de carne así me lo señalaba. Con los minutos que fueron pasando, la habitación se llenaba de sus gemidos y quejidos y yo no me detenía en el mete y saca, pero bien prendido a uno de sus senos, y pasando de uno al otro como si de un bebé se tratara. Luego, cambiamos a perrito y a pesar que su ano me guiñaba deseoso, decidí esperar para más adelante pues no tenía lubricante a la mano y poseer ese rincón aún virgen de ella. Así que agarré mi pene y poco a poco mientras empujaba mi glande fue desapareciendo dentro de Vicky, una vez que tuve la mitad en su canal vaginal la sujeté de las caderas y empecé a moverme con suavidad que no duró mucho tiempo pues segundos después dejaba ir mis caderas con velocidad provocando los gritos de la charapa.
    
    —Ouuu. —se quejaba la pequeña.
    
    —¿Me detengo? —interrogué sometiéndola con furia.
    
    —¡Nooo! Sigue, sigue. —gruñó presa del placer.
    
    Esta hija de la selva se me entregaba por completo y ...