... verga y la restregó por fuera de los labios, con algunos piquetes al clítoris de mi hija, hasta que la acomodó en la entrada y poco a poco fue metiéndola, para ese momento, mi hija era un volcán en plena erupción, así que nada más sintió como iba avanzando la verga de su papá dentro de ella, se vino nuevamente.
La verga de mi esposo estaba totalmente adentro de la panocha de mi hija, el empezó a meterla y sacarla lentamente por algunos minutos, hasta que empezó a aumentar el ritmo, la fuerza y la profundidad de su embestidas, logrando con ello, sacarle unos gritos a mi hija, lo mismo que varios orgasmos más.
Mi esposo estaba totalmente excitado y no dejaba de bombear la panocha de mi hija. Después de un buen rato de hacerlo, sintió que llegaba el momento de venirse, afortunadamente, en ese momento, la cordura triunfó sobre la excitación, le saco la verga y le arrojó los mocos sobre el vientre, estómago y tetas.
Mi hija le dijo que porque no se los había echado dentro, que ella siempre había querido sentir la leche de su papá dentro de ella, él se sacó de onda, como que siempre, le preguntó; si papá, tú crees que soy de palo y no siento nada cuando, desde que me acuerdo, escucho como te coges a mi mamá, no sabes cuánto deseaba sentir lo que le hacías a ella, ya veo porque siempre está con una sonrisa de oreja a oreja (no todo era él, también mis amantes, me dejaban con esa sonrisa).
Mi esposo le dijo que se fuera a bañar y que después hablarían de lo que había ...
... pasado.
No podía procesar bien lo que había escuchado, tenía una mezcla de sentimientos terrible, pero lo que más me sorprendió es que estaba excitada, muy excitada, mi panocha estaba totalmente mojada, pudo más mi calentura que la razón y le dije a mi esposo que me cogiera, nos subimos al cuarto y tuvimos la cogida más rica que en mucho tiempo había tenido con él.
Al terminar, me preguntó cuál era mi opinión de lo que había pasado con Fernanda, yo estaba todavía muy confundida y no sabía que decir, le dije que me diera un poco de tiempo para ordenar mis pensamientos y mis sentimientos; sabía que algo había cambiado dentro de mí; mis recuerdos volaron a los tiempos en los que cogía con mi papá y mis hermanos; le pregunte que el que pensaba, que iba a hacer, no sé porque no me sorprendió su respuesta, me dijo: pues si tú no te opones, me gustaría seguir cogiendo con Fernanda.
Pensé muy bien que contestar, ya que todavía no procesaba bien lo que había pasado y que también tendría que platicar con Fernanda.
Le hice una serie de preguntas: cuántas veces más había cogido con ella, que si influía en al algo saber que Fernanda no era su hija, si le gustaba coger con ella y otras más referentes al tema.
Me contestó que en el último mes casi diario cogían, cuando ella llegaba de la universidad, hasta se bañaban juntos; disfrutaba mucho de meterle la verga a su hija y que no había pensado nunca el que ella no era su hija, me confesó que, a raíz, de que le conté lo que hacía ...