Fecha: 27/11/2022,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: subtitulados, Fuente: CuentoRelatos
Conocí a Pablo y María en un bar en Insurgentes sur, él un arquitecto de 43 años y ella una maestra de Secundaria de 38 años.
Pablo es un tipo bien parecido, con cabello cano y una sonrisa cautivadora y ella una mujer de cuerpo un poco graso, pero con todo bien acomodado y dotado, desde las piernas hasta sus senos sin olvidar su trasero redondo.
Salí a beber una cerveza saliendo del trabajo, me senté en la barra y noté que me observaban, debo de admitir que inmediatamente llamaron mi atención, ella me miraba y sonreía y el, más serio, miraba mi cuerpo de pies a cabeza.
Cuando el ambiente en el lugar subió, ella se acercó a mí y me dijo que si bailaba con su marido ya que ella no lo hacía muy bien.
La mire desconcertada, pero Pablo como si se tratara de un niño esperaba mi aprobación, asentí con la cabeza y me pare a bailar un poco de cumbia con él.
Bailamos una ronda completa, ante la mirada de su esposa, pero bueno, una vez terminada la ronda me dirigí a la barra, decidida a tomar mis cosas y marcharme, pero entonces fui interceptada por los dos.
M: Disculpa, somos Pablo y tu servidora María, nos gustaría invitarte un trago.
L: Hola María, soy Monique Letizia, ¡un gusto!
M: Que hermoso nombre, ¿eres francesa?
L: ¡De ascendencia jajá!
P: ¿Aceptaría beber con mi esposa y yo?
L: La verdad tengo que madrugar, pero les acepto una, sería muy descortés negarme a tan cordial invitación.
Un poco incrédula acepté y me senté en su mesa. Entre ...
... copa y copa me fueron explicando su situación, desde hace tiempo Pablo quería hacer un trio, su esposa de tanto pensarlo y oírlo acepto y me propusieron formar parte de su primera experiencia.
Tomamos unas cuantas copas más obvio me llamaban la atención, después de unos tragos más acepté irme con ellos, no sin antes poner ciertos acuerdos y grabarlos en mi celular (en estas épocas hay que tomar medidas así).
Llegamos a su departamento, ella inmediatamente fue por una botella, el me acariciaba la cara y mis piernas. Me encantaban sus caricias y ella coqueta, se sentó en frente y sonreía.
Brindamos por todo, por ellos, por mí, hasta por mi Luis. Finalmente ella tomó la iniciativa, se sentó a mi lado y comenzó a besarme el cuello bajando a mis hombros mientras su mano acariciaba mis piernas.
Ella me recostó en el sofá y me besaba pasionalmente. Eso me encantaba, mis manos comenzaron a acariciar ese veterano y rico cuerpo de María, mis manos apretaban sus duras carnes, ella continuaba besándome, mientras su marido observaba las acciones.
Ella me comenzó a quitar mi tanga y mi blusa, yo cerraba los ojos gozando lo que me hacía. Ya desnuda totalmente ella besaba y lamia con su rica lengua cada parte de mi piel.
P: ¡Esto es hermoso! Bésala amor, bésala!
M: ¿Te gusta? ¿Te excita verme con esta preciosa chica?
P: Me pone a mil, ¡continúen!
Me puso boca abajo y sentía su lengua en mi espalda, bajaba suavemente a mis nalgas las que apretaba y le daba pequeñas ...