1. María, mi querida perra


    Fecha: 30/10/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... en la ciudad y que lo que ella estaba siendo “obligada” a hacer podía, incluso, suponerle una condena de prisión, y también sabía que era una puta cuyos “servicios especiales” estaban siendo ofertados en diversas formas de publicidad callejera incluyendo imágenes muy explícitas de ella misma siendo usada a “cara descubierta”, sin siquiera pixelar sus facciones, como “ama de casa madura para compañía” o "acompañante privada"... Un eufemismo para referirse al entretenimiento sexual con el sexo femenino…, como también sabía que nada ni nadie podrían librarla de aquello a lo que la tuvieran destinada porque el burdel en el que la mantenían encerrada estaba fuera de los límites de la ciudad, donde se encontraban los grandes burdeles “legales”, es decir, los protegidos por las autoridades a cambio distintos favores, y donde casi todos los deseos sexuales podían ser satisfechos…, incluso aquellos más dificiles de poder acceder a ellos, tanto por lo caros que resultaban como por los severos daños que sufría la puta “víctima” de los mismos, y que, precisamente, eran para los que ella era explícitamente ofrecida...
    
    Su Amo la había “internado” en aquel burdel de esclavas mientras se encontraba fuera de la ciudad durante unas semanas por motivos de trabajo… María se había humillado lo indecible, suplicándole que la llevara con él, pero su Amo ya había decidido que en aquel viaje le acompañara su otra esclava, Laura…, la hija de la propia María, y ésta odió a su hija por ello… ¿Cómo ...
    ... el Amo podía desear hacer uso del cuerpo de una vaca gorda de 52 años si podía disponer del cuerpo de una rellenita mujer de tan sólo 30 años?
    
    En realidad, aquella no era la primera vez que se veía obligada a prostituir su cuerpo, pero sí era la primera vez que ofertaban sus servicios como “puta del dolor”, es decir, como una puta cuyo cuerpo estaba disponible para todo tipo de perversiones, sin límite y sin importar cuánto dolor se viera obligada a soportar…
    
    La verdad era que María no quería reconocerlo, se resistía a ello, pero sabía perfectamente que ya antes de aquello se había convertido en una puta, en una prostituta, de un solo hombre, sí, pero en una puta, y ni siquiera tenía derecho a elegir o quejarse si aquel hombre, su Amo, quería que se convirtiera en la puta de muchos otros hombres porque el trato lo dejaba muy claro, y ella debía cumplir todos los caprichos sexuales y perversos de su Amo.
    
    De hecho, sabía que él la estaba instruyendo para eso, para ser una esclava sexual… Él quería que esa fuera su condición futura. Su destino. Ser una esclava en el más amplio sentido de la palabra. Pero María ansiaba creer que, al menos, él la quería, aunque nunca se lo fuera a decir, y mucho menos a manifestar…, pero ella estaría segura con él. Podría ser una perra humillada, pero con la seguridad de tener siempre a su macho cerca, que la protegería y cuidaría. Su Amo usaría su cuerpo a su antojo siempre que quisiera, haciendo realidad sus fantasías sexuales, al tiempo ...