1. Al fin me cogí a Glendy


    Fecha: 25/10/2022, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Me llamo Daniel, soy Venezolano delgado cuerpo de deportista, de 1,70 de altura y con un pene normal unos 18,5 cm y unos 5cm de grueso, en términos generales un chico normal, la historia empieza en la oficina donde empecé a trabajar, tenía dos jefas, una era mi jefa directa y la otra era jefa de un departamento diferente pero a la espera de una oficina propia trabajabamos los 3 juntos, esta última se llama Glendy y es la protagonista del relato, una mujer preciosa de unos 32 años, delgada, morena ojos cafe, cabello castaño oscuro con un par de tetas grandes y un culo bastante provocativo.
    
    Eran personas muy buena gente y me ayudaron rápido a adaptarme a aquel que era mi primer trabajo como contable en una oficina real, poco a poco fuimos hablando cada vez con más confianza entre los 3 y con el pasar del tiempo la relación entre Glendy y yo había entrado más en confianza pues mi otra jefa solía irse antes a casa o a hacer algún otro trabajo, reuniones con proveedores y cosas así, dejándonos solos la mayoría del tiempo haciendo cada uno su trabajo pero al fin y al cabo era una oficina cerrada donde el espacio era como de dos metros por dos y pues hablábamos mucho en general hasta por mensajes a veces fuera de la oficina por alguna que otra tontería, yo sentía atracción por las mujeres mayores y Glendy era un bomboncito, al que su marido (que era un patán en toda regla) no le trataba bien yo era consciente de ello y en ocasiones recuerdo "aconsejarle" que se lo follara como ...
    ... si no hubiese mañana aunque no lo mereciera, pues teníamos ese nivel de confianza. Así pues cierto día y para mí sorpresa pasado ya un par de meses de haber empezado a trabajar en la oficina, me dijo que yo le parecía lindo que le gustaba y que pensaba mucho en mi por mensajes, al leer esto me sentí un poco vacilado, no lo creía pues en la oficina era una mujer muy de principios, muy conservadora del tipo que saben que su marido tiene aventuras pero ellas se ofenden si algún hombre sabiendo que son casadas le insinúa algo o le suelta algún piropo, entendí pues que era simplemente la falta de atención a esa cuerpo tan sensual le estaba pasando factura.
    
    Llegado a este punto sabía que lo que quería era polla pura y dura y ella quería la mía, pues solo estaba sola en la oficina y era su mejor oportunidad porque aparte el marido es un celopata del tipo que no la deja sola casi nunca y menos con un descote o algo que le dejara ser vista tal y como es, un hembron como decimos en Venezuela, pero sabía que no estaba segura del todo de ser infiel así que decidí llevarla al límite para que se decidiera al 100% tonteandole por teléfono con preguntas sobre lo que sentía, en qué cosas pensaba sobre mi pero sin decirle mucho sobre que pensaba o sentía yo para que más sintiera ganas de mi, todo esto por teléfono y en la oficina cuando estábamos solos no insinuaba nada ni decía nada ella simplemente estaba a la espera de mi, hasta que un día quedamos solos y la sorprendí con un beso de ...
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