... eran dos senos duros y un cuerpo bastante esbelto y traté de incorporarme, pero me dijo al oído:
—Soy yo, desde hace tiempo te deseo, me he masturbado pensando en ti, además, hoy soy tu regalo.
La verdad es que me olvidé que era mi hijastra, que a sus 22 años es toda una mujer, con unos senos hermosos, unas nalgas de ensueño, es toda una reina, con curvas muy pronunciadas. Nos tuvimos que salir de la tina para no ahogarnos y cogimos como locos, porque era algo que también yo deseaba. Me mamó la verga como nadie, ni su propia madre, me lo había hecho. Desde luego que no desaproveché esa oportunidad para recorrer todo su cuerpo, desde los dedos de sus pies hasta su cabello, sin olvidarme de su rasurada vagina y de su rico ano, donde también metí mi lengua y que además le provocó un orgasmo, porque me diría más tarde, que le mamen el ano la enloquece.
No me puedo quejar ni estar arrepentido de lo que sucedió, porque ya era inevitable, no sé cómo le hice, pero me vine en su boca, en la vagina y en su ano que fue penetrado por primera vez por mí, el cual es mi adoración por ser un agujerito que abriga a mi pene cada vez que tiene frío.
Estuvimos acariciándonos y recorriendo nuestros cuerpos con boca y mano casi al amanecer. Después de ese encuentro, ha habido muchos más, sobre todo cuando mi mujer, por cuestiones de trabajo, tiene que irse de la ...
... ciudad hasta una semana, pero Lu ya empieza a sospechar de que tengo algo por ahí, ya que nuestros encuentros sexuales han disminuido considerablemente y hasta me ha enviado mensajes muy eróticos para convencerme para que le revele la identidad de la que “se está tomando mi lechita, no me enojaré, amor, tu sabes que somos abiertos al sexo, sólo dime papi, ya no me hagas sufrir, al contrario, necesitamos gozar”, decía el correo que me envió ayer desde la ciudad donde se encuentra en capacitación desde hace una semana.
Mientras, sigo gozando de ese cuerpo hermoso solo para mí a cualquier hora del día, además de que hemos hecho locuras cuando muchas veces aún está la muchacha del servicio o hemos tenido sexo en la alberca, en mi carro, en el elevador y hasta en el baño de un hospital.
La verdad es que estamos bastante locos, pero ella me arrastra hacia el placer y para disfrutar el sexo en lugares inimaginables. Cuando la llevo a la universidad en el camino me hace el sexo oral o le meto el dedo en la vagina y me encuentro con que no lleva tanga.
Trataré de convencer a mi hijastra para que se lo digamos a su mamá. Sé que no habrá lío, que Lu sabrá entender y disfrutaremos los tres, lo sé, porque conozco a mi adorable mujer que nació para disfrutar de una verga, porque durante sus salidas de trabajo a otras ciudades, también ha tenido alguna a su disposición.