Cornudo (1)
Fecha: 20/10/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Economista, Fuente: CuentoRelatos
... pero abandonó la carrera para cuidar a sus hijos, tenía un cuerpo casi perfecto a pesar de los 4 partos, buenas piernas, mejor culo y unas tetas talla 90 muy bien puestas. Era mi único consuelo para estas reuniones familiares, reconociendo que mi mujer también era muy atractiva había algo en Marina que desataba todos mis morbos, a veces pensaba que sin duda alguna ella era la única con la que pondría los cuernos a Claudia. Muchas veces me preguntaba como tenía que ser en la cama aquella diosa.
Luego apareció mi suegra Pilar, dando órdenes y que nos sentáramos a la mesa, otra bruja como Claudia y Carlota. No la soporté desde el primer momento que la conocí y en nada tenía que ver con su marido Manuel, un hombre hecho a si mismo y un gran trabajador.
Todos ellos eran los “Álvarez”.
Sí, los Álvarez, una familia muy conocida en nuestra pequeña ciudad, formaban un pequeño grupo empresarial y tenían varios negocios. El primero de todos fue la fábrica de dulces y pasteles de sus abuelos en su pueblo natal, muy cerca de la ciudad donde vivíamos, al morir estos Manuel junto con dos hermanos se quedaron con la fábrica, luego había comprado otra fábrica de zapatos que estaba pegada a ésta y después y muy poco a poco Manuel se había ido haciendo con todo tipo de negocios, gasolineras, comercios, flota de camiones, inversiones inmobiliarias, (pisos y plazas de garaje). En su pueblo de origen casi todos los negocios eran suyos y las fábricas también y luego en la ciudad también ...
... tenía varios negocios y casi todos funcionaban muy bien.
En cuanto Carlota y Pablo cumplieron los 18 años, tenían claro que iban a estudiar en la facultad de empresariales para poder formarse y continuar con el negocio familiar, sin embargo Claudia que era la pequeña siempre fue un poco por libre y era la más rebelde, su mayor ilusión era ser profesora de inglés, aunque Pilar no quería no le faltó el apoyo de Manuel para que estudiara lo que quisiera. Fue un poco la protegida, era su hija pequeña, para todos la consentida. Y yo era el inútil de su marido.
Pero claro, Carlota y Pablo enseguida ascendieron en la pirámide empresarial, lo que les llevó a ganar mucho dinero, sin embargo nosotros no éramos mas que una profesora de inglés y yo, un licenciado en filología hispánica que no encontraba trabajo ni a la de tres. Claudia quería llevar el ritmo de vida de sus hermanos y para nosotros era imposible, nos compramos un gran chalet que tuvo que pagar en gran parte su padre y al final también tuvo que darme trabajo en una de sus fábricas.
Y así es como empecé a trabajar en la fábrica de zapatos, era una de las que mas beneficio le dejaba al grupo empresarial Álvarez y al frente de la fábrica estaba ni mas ni menos que como encargado mi cuñado Gonzalo. Yo no quise trato de favor por ser el marido de Claudia y con 28 años, uno antes de casarnos, empecé a trabajar allí como un operario más, esto para mi mujer fue una humillación y le llevó a continuos enfrentamientos con su ...