... mamada tan rica, quería comérmelo todo hasta la base pero era algo difícil por su tamaño, sin embargo lo hice tan bien que en menos de dos minutos explotó dentro de mi boca; tan pronto se corrió, me tomó de los hombros y me puso en pie para besarme, yo continué con el pene en la mano acariciándolo y notando que no perdía su dureza, creció más cuando en mi boca sitió el sabor de su semen, parecía que le gustaba porque se calentó más, me tocó suavemente los senos y me apretaba contra él; su pene empezó a sacudirse de nuevo era tan rico tener ese hombre tan caliente junto a mí, con su pene en mi mano con ganas de sentirlo adentro; bajó la mano y la llevo a mi vagina, se sobresaltó cuando la sintió desnuda, me miró y me dijo que si nunca usaba ropa interior, solo le dije que a veces; me tomó de la cintura y quiso penetrarme así, de pie, pero era bastante complicado porque estábamos muy excitados temblorosos, yo lo llevé del pene hacia el baño, y al pasar cerré con llave la oficina, para que nadie nos interrumpiera. En el baño no esperó mucho, inmediatamente me subió la falda, me acarició duro, muy duro mi vulva, quería como arrancármela, y aunque era muy fuerte, me gustó; yo tomé su pene y recostándome sobre el mueble del ...
... lavamanos lo acerqué; me lo metió, mejor dicho, me lo enterró todo de un solo golpe y me llegó tan adentro que exploté en un gran orgasmo que me hizo estremecer toda; él también me regó con su semen abundante pero continuó moviéndose con desespero, era tan rico, que me siguiera follando así; me acerqué al oído y le susurré: "quiero tu semen en todos mis orificios"; eso lo enloqueció más y me apretó tanto contra él que casi no me deja respirar; comenzó a tocarme la nalgas que hasta ahora no me las había acariciado, trataba de llegar a mi ano, yo le ayude abriéndome más y sin sacarme el pene de la vagina me comenzó a meter dos dedos en el ano; yo estaba como loca; era lo que me encanta ver en las fotos y videos que me envían, me vine varias veces seguidas, pero quería sentirlo adentro de mi colita, le dije que lo quería en mi ano y el simplemente me lo sacó de la vagina y sin ninguna precaución me lo introdujo en el ano; que dolor tan delicioso; abrí mi boca para gritar de la emoción, pero el me pegó los labios para impedir que saliera el grito, que rico.
Aun ahora recordándolo me mojo, fue delicioso y que orgasmos sentí; pero lo disfruté mucho más cuando se lo conté a mi esposo al oído mientras me penetraba por el ano.