Ludopatías (Capítulo 2)
Fecha: 16/10/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: ElenaRmz, Fuente: CuentoRelatos
... Vamos, baila conmigo. Solo un baile.
Me mordía el labio mientras consideraba qué hacer. Todavía parecía una especie de traición. Pero bailar era solo bailar, por supuesto. Y además Mi Reyecito no tuvo ningún problema con que Marcos comprara una bebida; él también podría estar bien con el baile. Y, además, puedo bailar sin bailar realmente con Marcos.
Entre a la pista, la sonrisa de Marcos se ensanchó y puso los ojos en blanco, manteniéndose al menos a un brazo de distancia, atravesando entre la multitud. Él me siguió, respetando un poco mi espacio, pero sin perderme de vista.
La música era apenas audible sobre el estruendo de la multitud, pero el ritmo del bajo era claro, y tanto yo como Marcos nos movíamos a su ritmo.
La presión de la multitud los obligó lenta pero inexorablemente a acercarnos mientras nos desplazábamos desde la periferia hacia el centro. Para cuando la primera canción pasó a la segunda, estábamos lo suficientemente cerca como para tocarnos, aunque no lo hicimos. Miraba a Marcos mientras bailaba, y el a mí, estaba claro que estábamos bailando juntos a pesar de que no hacer contacto.
Decidí molestar un poco a Marcos. Mientras bailaba, me incline y, como era de esperar, los ojos de él bajaron rápidamente de su rostro al escote que mostraba prominentemente mi vestido. Fue sólo por un momento, pero cuando volvió a mirar hacia arriba le di un guiño coqueto. Eso pareció dejarlo nervioso, provocándome pequeña risa y placer culposo.
Al ritmo de la ...
... música gire sobre mi propio eje, mis caderas palpitando con la música, e imagine como sus ojos siguiendo mis curvas hacia abajo y fijándose en mi trasero mientras se movía. Prácticamente podía sentir lo mirándome, viendo cómo mi trasero rebotaba bajo mi vestido. Y efectivamente, cuando mire hacia atrás por encima del hombro, él me estaba mirando abiertamente. No podía negar que el interés de Marcos por mí era atrayente; me sentía sexy, sabiendo que era tan deseada por un hombre que era, podía admitirlo, bastante impresionante él mismo.
Sentía que el dobladillo de mi vestido comenzaba a subir, subiendo por mis muslos mientras mis caderas rodaban y giraban con la música. Tenía los brazos sobre la cabeza y se volvió lentamente, dejando al descubierto la mayor parte del muslo ante la mirada hambrienta de Marcos. Las luces parpadeantes y las sombras cambiantes de la pista de baile jugaban sobre mí, oscureciendo mi rostro, ocultando mi sonrisa cuando lo vio mirándome, su rostro una máscara de deseo. Seguí girando hasta que una vez más estuve de espaldas a él, y luego me incliné hacia adelante, la acción hizo que mi vestido se levantara aún más, dejando en un destello al descubierto mi pequeña tanga “dorada”. Nadie se movió entre nosotros, ni siquiera en el piso lleno de gente; una fuerza invisible nos mantenía en aislados por un breve instante de todo y todos.
La multitud nos empujó, y cuando me volví para mirar a Marcos de nuevo, tuve que dar un paso más hacia él y terminar ...