LA MAESTRA DE TUS HIJOS BIBLIOTECA - Relatos Eróticos

LA MAESTRA DE TUS HIJOS BIBLIOTECA

... su concha, ssssi, si mi vida me duele, dijo, mirándome fijo, y casi pellizcándome la mano, deslice mis dedos sobre el elástico de su short, rozándole sus labios, shshsh,mmmmm pronunció ella, nena, porque no vas a tu cuarto! Dije, pero aun no termine dijo ella, te vas a tu

cuarto dijo Andrés, hace le caso, él sabe

¿aca te duele? Ya metiéndole ambos dedos en su concha, siiiiiii, siiiiii, sabes que sí, ¿te dieron duro? dije ¿No es así? No sé contame vos, dijo ella con las voz quebrada por el goce contame que viste todo, y parece que te gusto ver, como otro hacia tu trabajo, contale a tu mujer, que viste que le hacían, porque anoche te vi salir de la biblioteca. ¿Disfrutaste’ ¿te gusto? Ver como otro me cogía, y me marcaba todo el cuerpo.

Ese viejo, te trato como puta, nooo dijo ella, soy su puta, soy puta de todos, los que me han cogido alguna vez, pero no soy puta tuya, ¿no se con quién coges vos, porque a mi hace rato no me tocas.

Y me puse de pie, pensando en responderle, pero no le podía decir, que visitaba a mi Madre o a mi suegra, o que me revolcaba con mi hijastra, o con la empleada tenía un amorío.

Voy a ver si la nena ya se cambió, y me imagino que iras de largo. Este día. Y me reí.

Y ella tomo el vestido, lo puso en una percha, y ni se lo probó, y nos preparamos para ir, a la escuela, mientras tanto, yo miraba a Ivana, como se cambiaba y ponía bonita para ver a su madre.

Al llegar a la escuela, todos corrían, el militar la devoraba con los ojos, a ...

... Lorena sin importarle, que su propia esposa estuviera presente.

Se saludaron, y Lorena dijo, bueno les dejo debo ir a la biblioteca a cambiarme, y hubo un silencio enorme, entre los tres, la que menos entendía era la esposa del militar.

Faltando 45 minutos para iniciar el acto,

me llega un audio de Lorena, podes venir a la Biblioteca, por favor.

Cuando entre en la biblioteca, estaba Lorena con las piernas abiertas, y con toda la falda rota, y el vestido a la mitad. A mi cosita, me dijo, me podrías traer el vestido azul. U otro, porque no recuerdo, si esta planchado.

Me dirigí hacia la casa, conmigo venia Ivana, con su calza de vestir, y pequeños tacos, que no me había dado por…y bueno, llegamos a la casa. Ella se quedó en

el auto. Entre en la casa, y vi el vestido, pero, puse otra cosa, y mi prenda preferida, una musculosa de encaje traslucida, y con tiempo de sobra, me dirigí al auto. Abrí la puerta del acompañante, e Ivana me miro asustada, deje el paquete en el auto entre los asientos, le quite el cinturón de seguridad a Ivana. Y con mi mano derecha le agarre la vulva a la pendeja. Tanto fue el susto y su sorpresa que tiro sus brazos al costado y abrió grande los ojos, y abrió un poco su boca, boca que tome con mi otra mano, junte sus labios como dibujando la letra “o”, y la bese apasionadamente, beso que Ivana supo contestar rápidamente.

Y me excite alzándola,

para llevarla adentro de la casa, la senté sobre el desayunador, y me baje, el jeans, y a ...