Cuando nos despedimos de Ana y Carlos (ver relato anterior), nos fuimos abrazados a casa como dos adolescentes, cenamos, nos acostamos y dormimos abrazados sin hablar una palabra de lo que había sucedido.
Al día siguiente que era viernes, después de cenar nos sentamos en el living y charlamos acerca de la experiencia vivida y acordamos que se repetiría, pero esta vez con más preparativos ya que nos encantó estar con Carlos y Ana.
Oscar recibió un llamado de Ana y después de charlar un rato con ella nos invitó a pasar un fin de semana a una casa quinta en Luján, sin consultarme hizo los arreglos y a la semana siguiente nos encontramos en Luján.
Durante la semana Ana me llamó y acordamos detalles, lo cual me puso muy caliente ya que me propuso cosas que nunca me imaginé que podía hacer.
El día del encuentro me vestí como una verdadera puta y dentro de mi cartera traje todos los juguetes sexuales que tenía en casa. Cuando llegamos a la quinta, Ana estaba vestida con una minifalda súper corta y sin ropa interior mostrando sus hermosas piernas que hicieron calentar a Carlos y a Oscar y también a mí.
Nos quedamos a charlar en el living con Ana mientras que Oscar y Carlos daban un paseo por la quinta.
Durante la charla Ana me contó que el encuentro anterior le gustó mucho y que sentía muchos deseos de estar un rato a solas conmigo.
En ese momento Ana me tomó de la mano y me dijo “vení que te muestro la habitación” y sin soltarme de la mano me dio un beso que me ...
... provocó una sensación muy fuerte (mis tetas se pusieron duras y me sentí muy caliente).
Dentro de la habitación había una pileta como para los cuatro y una cama gigante, un sillón amplio sin respaldo y al costado un canasto con muchos juguetes sexuales, lo que me provocaba mucho morbo y curiosidad.
Ana me invitó a sentarme en la cama, me abrazó y me dio un beso de lengua interminable, me acariciaba toda y comenzó a quitarme la ropa dejándome completamente desnuda, luego se fue unos minutos al baño y apareció con un arnés y un consolador tremendo y me dijo: “Vane andá al baño y ponete el conjuntito con portaligas que vamos a tener una noche muy especial”.
Cuando salí del baño me tomó de los brazos, me acostó y comenzó a chuparme la vagina como nadie lo había hecho nunca, me metía los dedos en la cola y me besaba toda, hasta ahí parecía un amante súper excitado, mi vagina estaba casi chorreando y de repente me penetró con el consolador, lo cual me hizo acabar casi instantáneamente, luego me puse en cuatro y me cogía por la vagina moviéndose rápidamente, haciéndome acabar un par de veces mas.
Ella se fue nuevamente al baño y volvió con un conjunto con portaligas igual que el mío y nos seguimos besando un rato más hasta que aparecieron Carlos y Oscar en ropa interior. Carlos me preguntó si me sentía cómoda y le contesté que me sentía muy caliente y quería más, entonces Oscar me hizo arrodillar y me pidió que le chupe el pene, lo mismo hizo Carlos con Ana.
Después ...