Nalgotas (Cap. 4): A los pies del Ama - Relatos Eróticos

Nalgotas (Cap. 4): A los pies del Ama

Una vez que Nalgotas había logrado vender a esa escoria al proxeneta sabía que ahora sí jamás no volvería a saber de ella, cosa que le tenía sin cuidado lo que le sucediera o en que deplorables condiciones estuviera viviendo, de todas maneras ella era feliz siendo lo que era UNA PUTA.

Una vez vendida, Nalgotas se comunicó de nueva cuenta con su ama para anunciarle que por fin se había deshecho de ese lastre que tenía como madre, su Ama le felicitó para posteriormente decirle a su esclava que pusiera en remate la mercancía de la boutique, ya que había encontrado en su ciudad de residencia un mejor local al que había en Tijuana, así que tenía planeado trasladar el negocio de tal manera que Nalgotas fuera la encargada en horario de 7 a 17 en horario corrido para después dedicarse a cumplir con el servicio a los pies de su Ama.

Nalgotas aplaudió la idea de su Ama para trasladar el negocio ya que de esa forma podría evitar de manera definitiva el tener cualquier contacto con esa basura otra vez, de todas maneras para Nalgotas su madre ya estaba considerada muerta y enterrada.

Transcurrió un mes entre que Nalgotas remataba la mercancía y lograba la venta del local. Una vez estando firmado notarialmente el contrato celebrado de compra venta, a Nalgotas solo le restaba empacar sus cosas personales para enviarlas por paquetería exprés para poder retomar por fin el camino a casa de donde jamás debió haber salido de no haber ...

... sido que la puso en riesgo la basura que por fin se había librado.

Una vez ya estando en su tierra natal, Nalgotas fue en busca de su Ama para apenas verla arrodillarse a sus pies y besárselos con toda humildad, respeto y veneración y así poderle agradecer la oportunidad de conocer una vida totalmente distinta a la que antes tenía llena de frivolidades, sin embargo a los pies de su Ama había encontrado el placer de sentirse útil sabiendo que había alguien muy superior a ella que le había permitido conocer esa vida tan distinta.

Le agradeció el haberle permitido seguir a sus pies aun cuando tuvo que estar huyendo por culpa de su PUTA MADRE provocándole la separación de quien era su única razón de vivir SU AMA. Sin embargo esta vez le aseguró que ya nadie podría hacer nada que la privara del honor que era estar sirviendo a los pies de tan valiosa mujer que para ella era TODA UNA Diosa prometiéndole estar a sus pies pero esta vez de manera perpetua sin nadie que pudiera perturbar ese gran privilegio.

Varios años transcurrieron los cuales para Nalgotas fueron los mejores de su vida hasta llegar el día que el destino le cobro factura a su Ama una vez que le tocaron el silbatazo final a la edad de 70 años; su Ama se le fue, pero en el corazón de Nalgotas siempre quedó el recuerdo de los mejores años de su vida que pudo tener y que jamás pensó que serían gracias a la esclavitud que muchos años atrás tanto renegaba para conocer.