Alex y Silvia son compañeros de trabajo desde hace un año; él lleva trabajando en la compañía desde el año 2010, y ella, empezó el año pasado en el departamento de marketing.
Han coincidido los dos en varias reuniones de trabajo ya que sus dos departamentos comparten proyectos conjuntos, cosa que les obliga a compartir sinergias y a idear estrategias conjuntas.
Desde el primer día que la vio, Alex se sintió inmediatamente atraído por aquella chica morenita de estatura media y cuerpo monísimo. No era exuberante, pero a él le atrajo enseguida aquella cinturita y aquellos pechos que se insinuaban por debajo de la blusa en algunas ocasiones. Silvia era conocedora del interés de Alex, en ocasiones notaba enseguida como él se la comía con la mirada y aunque estaba acostumbrada a esas miradas masculinas, la de Alex le atraía a ella en particular.
Por decisión de la dirección, hoy ambos tienen que acudir a una reunión a las oficinas de uno de sus clientes; es viernes y se han bloqueado toda la mañana para este evento. Es de vital importancia que se consiga el primer pedido para ese cliente con gran expansión y poder firmar el primer contrato comercial con él en esta misma semana. Han quedado los dos en la oficina de ese cliente para ir juntos en taxi. Es primavera y el calor empieza a hacer acto de presencia, Silvia lleva un pantalón de vestir, una blusa blanca que permite imaginar sus pechos y una americana. Alex aparece con traje y corbata, aunque esta última prenda le ...
... agobia un poco, sólo se la pone para las reuniones importantes.
Silvia nota enseguida como la mirada de Álex se clava enseguida en sus pechos, nunca se ha sentido especialmente atraída hacia él, pero hoy, sin saber muy bien por qué se siente más receptiva y le ha gustado haber notado esa mirada.
Se meten los dos en el taxi y empiezan a repasar la estrategia a seguir en la reunión, ambos algo nerviosos por la importancia de la misma, pues es una operación de mucha responsabilidad y de mucho dinero de por medio. El encuentro se realiza con normalidad y el resultado del mismo es muy satisfactorio, tanto que el cliente parece muy interesado en su proyecto, pero también se ha quedado prendado del rostro y del cuerpo de Silva. A pesar de que disimula, ella sabe que ese cliente no deja de fijarse en su cuerpo, especialmente en el escote que ofrece su blusa. A ella le gusta eso.
El preacuerdo parece hecho, aunque quedan pendientes de discutir algunas cláusulas. Mientras Silvia rellena los contratos con la secretaria, Alex discute los detalles con el director, el Sr. Bruno Petroni.
Nada más salir de las instalaciones del cliente ambos suspiran aliviados. Son las 12:30h y Alex propone a Silvia ir a tomar un aperitivo para celebrarlo. Entran en una abarrotada cafetería y tienen que quedarse en la barra, pues todas las mesas están al completo. Piden dos cañas y unos pinchos.
- ¿Crees que está hecho, Alex? - le pregunta ella a su compañero.
- ¡Buf!, aun no tiene claros ...