Fecha: 02/10/2022,
Categorías:
Sexo Interracial
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Vivimos en un hermoso pueblo a orillas del mar caribe que parece hubiese sido salido de una postal, llevamos viviendo ahí 10 años, y vivimos una vida cómoda, pero que hasta hace algún tiempo le faltaba algo.
Todo comenzó un día de mi cumpleaños número 32; se me ocurrió invitar a mi mejor amigo a mi casa, para que nos tomáramos unos tragos. Joaquín es un hombre de raza negra de buena estatura, casi 1,90 mts , y a pesar la naturaleza no fue muy generosa con su rostro, si lo dotó de una excelente complexión física, y aún siendo delgado posee una musculatura envidiable, y es además una de las personas más amistosas que he conocido.
Llegamos a mi casa como a eso de las 9:00 pm, y al tocar el timbre nos abrió mi bella esposa, quien al vernos me dejó ver su desagrado, un tanto desapercibido para Joaco; pues ella no esperaba invitados. Mi hermosa mujer lucía un hermoso vestido abotonado completamente adelante, con un recatado escote que permitía ver la intersección de sus grandes y hermosos senos, el vestido aunque no muy corto si dejaba ver gran parte de sus muslos, ella volvió a mirar al negro y de manera no muy cortés le dijo: Siga por favor, él respondió con una venia y con un "después de usted" la siguió hasta la sala. Yo fui a la cocina a llevar los pasa-bocas y el licor que había traído, preparé los tragos y me dirigí a la sala, mientras me acercaba noté que mi bella esposa, aunque sentada de manera elegante, no podía dejar de exhibir sus hermosas piernas hasta el final, ...
... y al mirar la cara del negro, ví su mirada lasciva pero disimulada, admirando las torneadas formas de mi mujer.
Transcurrió el tiempo y trago va trago viene, noté un poco mas distendida y desinhibida a mi mujer y pude observar que los dos últimos botones de su vestido se habían abierto, y aunque, no se si ya se había percatado de ello, al que si noté que se había dado cuenta era a Joaquín, que miraba embelesado los espectaculares muslos que se exhibían ante él, notando a la vez un enorme bulto en medio de sus piernas cuando se levantaba para ir al baño.
A solas con mi esposa la invité a bailar música suave y mientras bailábamos pude sentir lo excitada que estaba, tal vez el efecto de los tragos en ella, movía sensualmente sus caderas, mientras tanto yo, veía como Joaquín no despegaba los ojos del trasero de Mónica mientras regresaba al sillón.
Proseguimos la charla en forma amena, y aproveche la ocasión para contar unos cuantos chistes muy picantes( para los cuales según mis amigos tengo mucha gracia), que empezaban a surtir efecto en mi esposa y Joaquín, conté sólo unos cuantos, para cuando terminé, subimos un poquito la música, coloqué un CD de merengues, y casi de inmediato, el negro sacó a mi mujer a bailar, ella accedió e iniciaron de manera recatada, pero al rato el negro se acercó un poco más a mi mujer, y al no notar ninguna resistencia se pegó completamente a ella y su dedo meñique estaba casi en medio de sus nalgas, ella seguía como si nada, pero al dar la ...