1. No fue un encuentro normal


    Fecha: 29/09/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... La Torta es ella, dijo él riéndose. Y ella, le celebró el apunte.
    
    Bueno, pensé yo, había un motivo válido para justificar la reunión, pero todavía no me cuadraba la confabulación entre ambos. De modo que, un tanto libre de pensamientos torcidos en mi cabeza, me dediqué a promover la celebración; nos consiguieron una torta, hicimos un brindis, cantamos el ”happy birthday” y, como se dice, todo bien. Más tarde, después de unos tragos, y de conversar de esto y de lo otro, sin dejar aquellos de mantenerse muy próximos, sin reparar en mi presencia, y, discretamente, abrazarse de cuando en vez, todo como atención al cumplimentado, quizá, mi esposa decidió ir al baño.
    
    Al quedar solos, no me quedó otra alternativa que preguntarle al joven, cómo se habían coordinado para encontrarse en ese lugar. Es que nos hemos visto toda la semana. ¿Y eso?, pregunté sorprendido. Pues, ella ha estado con ganas de hablar estos días. Me contó el disgusto que han tenido, la escuché con atención y creo que, al final, me hizo caso y por eso lo llamó. ¡Ya! ¿Y qué le dijo usted para convencerla? Que no valía la pena armar lío por esas cosas, porque al final usted la había respaldado en todo lo que ella había querido y que de pronto usted sentía que ella no valoraba ese apoyo. Entiendo. ¿Y qué dijo? Que pudiera ser verdad, pero no comentó nada más.
    
    Bueno, y si no le hubiera hecho caso, ¿qué hubiera pasado? Pues, no sé, hubiéramos estado un rato más por acá y se hubiera ido para la casa, como los ...
    ... otros días. Y es que, pregunté, ¿los otros días no ha habido nada de nada? No, dijo, usted sabe que ella no hace nada si usted no la acompaña. Hoy, de todos modos, habíamos quedado de vernos. Y, cuando conversamos, le dije, bueno, y si no se arregla con su marido, ¿cómo es que me va dar mi regalo de cumpleaños?
    
    Al principio no me dijo nada, pero al rato me contó que ya lo había llamado y que usted ya estaba en camino. Y eso, ¿Qué significa, entonces? Pues que, si usted está de acuerdo, ella me va dar el regalo de cumpleaños. ¿Y cuál es el regalo, acaso?, pregunté. Ella, dijo. ¿Y es que acaso ya lo habían hablado? Yo lo sugerí ayer y ella no dijo que si ni no. Solo hasta ahora, con lo que está sucediendo, se podría pensar que va a pasar. No le importa, ¿verdad? Pues, si ella ya lo decidió, comenté, ¿tendría peso mi opinión? Usted es el que sabe, me contestó.
    
    Cuando ella volvió a la mesa, igual se acomodó al lado de él y la conversación siguió como antes. Yo me mantuve a la escucha y no me atreví a sugerir nada. El tiempo iba pasando y, con unos tragos de más en la cabeza, nuestro amigo estaba un tanto más desinhibido. De repente, besaba a mi mujer fugazmente en la boca y, me imagino, que sus manos estaban trabajando por debajo de la mesa, pero ahí si no podía ver lo que pasaba. Y ella, tratando de mantener la compostura, seguía hablando, como si nada, concentrada en relatar las experiencias que había tenido en la universidad, porque había estudiado con muchachos de color. ...
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