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Obedéceme
Fecha: 26/09/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Quítate la camiseta. Lentamente. Ella sonrió. No necesitaba hablarme, todo lo decía su mirada de deseo y sumisión. A pesar de mi orden n un segundo la prenda estaba a sus pies liberando sus preciosos y firmes pechos de pezones duros y grandes aureolas. -Acarícialos perrita, despacio. Empezó a recorrer sus pechos con la punta de los dedos y sin que yo se lo ordenara fue acercándose a los pezones, contuvo un gemido mientras daba vueltas a su alrededor -Ahora los pantalones. Sonriendo de nuevo se los bajó. Esta vez si lo hizo lentamente mostrando que no llevaba bragas y su precioso coño totalmente depilado. -De rodillas, las manos en la nuca y mirando al suelo tal y como debe estar una sumisa. -Si amo- Esta vez si que habló, y de esas breves palabras dichas con un hilo de voz se destilaba una entrega y una excitación que me sorprendieron gratamente. No dije nada, la dejé permanecer en esa postura sabiendo que la incertidumbre y la inquietud aumentarían aun mas su calentura y la pondrían aun mas a mi merced. Tal como yo quería. -Abre mas las piernas- Se sobresaltó pero obedeció inmediatamente. Podía ver como entre sus piernas la luz se reflejaba en el flujo que aumentaba mas y mas producto de su excitación. -En cuclillas perra. Y ofréceme tus tetas. -No había sonrisa alguna en su cara pero en sus ojos se la veía cada vez mas entregada, mas excitada si cabía. Agarró sus pechos y me los mostró apretándolos, como si quisiera incitarme a devorarlos ...
... con gula. La sonreí complacido y vi como se estremecía pero no le contesté. Me deleité en su sumisión. Una pequeña gota de flujo empezó a deslizarse desde los labios de su coño hasta el suelo -Por favor amo quiero mas Lo decía suplicante. A pesar de mi estoicismo no podía resistirme a aquella voz y a aquel precioso rostro de ojos profundos. Respondí suavemente -A cuatro patas perrita. Ven aquí Dio un respingo pero se acercó. Sensual y sinuosa. Llegando hasta mis piernas y frotándose contra ellas. La acaricié la cabeza y ella la alzó sonriente colocándose entre mis piernas continuando su juego frotándose contra el bulto cada vez más evidente. Notando mi creciente excitación alzó la mirada y volvió a hablarme con su voz suplicante en un susurro: -Puedo hacerle una mamada amo? Me da permiso? - Mi respuesta era obvia: -Si perra puedes hacerme una mamada, esmérate. Con ternura pero impaciente desabrochó mi pantalón. Sacó mi miembro palpitante y se lo metió en la boca. No pude contener un gemido al sentir sus labios carnosos, húmedos y calientes. Efectivamente se estaba esmerando mucho pero yo no quería que terminara así. Con un gesto la hice detenerse. Ella obedeció no sin cierta desilusión en su rostro y llevo la mano a su entrepierna. -Estoy muy mojada amo Nada me hubiera gustado mas que penetrarla ahí mismo pero aún quería disfrutar de su sumisión un poco mas así que la ordené: -Baila desnuda para mi perrita Captando mis intenciones ...