... varilla, mas pequeños en el extremo, van aumentando de tamaño hacia el otro extremo, son de forma irregular, con bordes desparejos. Propongo que tu castigo consista en empalarte dos veces en cada varilla, si quieres las puedes evaluar, escoger otras o proponer alguna alternativa; te anticipo que tenemos la regla de “no mercy”, es decir que una vez que aceptes el tipo y forma de castigo, Ana María lo deberá ejecutar hasta el final sin atender pedidos de clemencia, ni ninguna otra circunstancia como perdida del conocimiento; en mi opinión no creo que soportes la tercera varilla, sería llamativo que Ana María consiguiera empalarte en esa varilla. Andrés dijo que aceptaba sin verlas, las maderas que Zintia había escogido y que aceptaba dos empaladas de las dos primeras y una sola aplicación de la famosa tercera varilla. Ana María azoto diez veces el pene con una zapatilla y luego retiro la sonda de acero.
Ana María se encaramó en el potro, se sentó entre las piernas abiertas de Andrés, se descalzo de sus zapatillas negras de media punta, y tomo la primera varilla que Zintia le alcanzó. Hizo que Andrés besara la madera, luego la impregno de lubricante y con firmeza la hundió en el pene de su amado. La varilla penetraba bien, ingresaron los dos primeros nudos; cuando el segundo estaba por trasponer el glande, Ana María se detuvo, la hizo retroceder un poquito y luego avanzar hasta que el nudo paso el glande; Andrés profirió un quejido de dolor; Ana María sonrió y tomando una ...
... zapatilla comenzó a hacerla tamborilear sobre la varilla a fin de empujarla. Ana María siguió imprimiendo movimientos hacia adelante y hacia atrás, siempre avanzando; Andrés emitía sus quejidos; después de algunos minutos la madera estaba totalmente dentro de él. Con rápidos tirones Ana María la extrajo; nuevamente la lubricó y la inserto en el pene, bajaba con facilidad hasta que el tercer nudo se detuvo en el glande; la zapatilla impaciente repiqueteo; ningún avance; la zapatilla azoto fuertemente dos veces el cuerpo del pene, luego empujo la varilla con resultado positivo; Andrés gritó de dolor y tras algunos minutos la varilla llego al final. Nuevamente la extrajo esta vez más lentamente y haciéndola rotar sobre si; esto le produjo grandes dolores pues Andrés no cesaba de gritar; salió empapada de líquido seminal con algunos vestigios de sangre; Ana María consultó su reloj; la primera varilla le había llevado veinte minutos, debería ser mas lenta en las próximas. Zintia prestamente le alcanzó la segunda varilla, Ana María la acercó a los labios de Andrés y le dijo: No solo la beses, sino que saborea la aspereza de sus nudos, el filo de sus bordes y piensa que en pocos instantes, yo los azuzare para que laceren tu carne.
Andrés disfrutaba plenamente de su tortura; estaba embelesado viendo el rostro de Ana María cubierto con una mascara de crueldad, totalmente consustanciada en la tarea que realizaba, la mano derecha manejaba la varilla, la izquierda blandía la zapatilla ...