... disfrute de ser el pasivo de la relación, creo que una parte de ti despierta y te dice que en cierto modo sos la hembra de ese macho y que es tu deber sacarle la leche cuando el este muy satisfecho.
Me comía su pene con mucho placer, ese olor a hombre, escuchar sus gemidos, sentir que su cuerpo se contorsionaba con cada vez que le pasaba la lengua sobre su glande, me hacía sentir más y más caliente. De un momento a otro el empezó a gemir más y más, y mi cerebro exploto al pensar que vendría su leche, su semen, sus jugos y que los tendría en mi boca, no había mucho que pensar, los quería en mi boca, quería conocer la sensación de su semen corriendo sobre mi lengua y llegando a mi garganta, quería sentir como su pene se hinchaba antes de explotar y como palpitaba con cada lechazo, tal como lo sentí dentro de mi ano la otra vez.
Empecé a masturbarlo más rápido con mi boca, aceleré y le pasaba la lengua, quería hacerlo solo con mi boca, así que con una mano le acariciaba los testículos y con la otra le acariciaba sus bolas, podía escuchar sus gemidos y me excitaba, me enorgullecía y me alegraba saber que lo estaba haciendo feliz, con un mano detrás de mi cabeza me empujaba para que metiera más su pene en mi boca y con la otra seguía gozando de mi ano. La tensión era máxima, podía escuchar la lluvia caer con fuerza, los vidrios estaban cubierto con la condensación de nuestro calor y la lluvia afuera.
Y yo sabía que estaba a punto de llover dentro de mi boca, y en un ...
... momento, el placer, la satisfacción el sueño hecho realidad, empezó a expulsar una buena cantidad de leche, sentí su sabor confuso sabor como lejía dulce, al principio me dio un poco de asco y arrepentimiento, después, de un momento solo lo tragué, como si mi vida dependiera de que no escapara de mi boca, le lamí todo lo que pude, seguí comiendo un poco de su pene, pero era difícil para él. Así que pare y me levante, me dijo que le había encantado y que se lo había hecho súper rico. Eso me lleno de placer, pensé soy bueno, pero como siempre quería más. Me pregunto si aún quería ir a ver la película y le dije que no, me pregunto si quería ir a su casa y por supuesto dije que sí.
En el camino le comenté que estaba muy limpio para él, y más bien era porque deseaba que me hiciera suyo. Al llegar a su casa entramos corriendo porque seguía lloviendo, ni bien cerramos la puerta cuando ya estaba encima de mi comiéndome a besos y quitándome la ropa, que maravilla, el me desnudaba y se quitaba la ropa también, me comía a besos y con su ya conocida maestría me giro y me puso contra la pared, me quede de espaldas a él, con mi pecho contra la pared, instintivamente pare las nalgas, pude sentir su cuerpo apretándome contra la pared, su pene jugaba con la culo sin entrar pero se deslizaba avisando que eso sucedería muy pronto, me comía el cuello, los hombres la espalda, me acariciaba y me abría las nalgas, un movimiento empezó a besarme la espalda, bajando por mi columna, sorpresa, su boca se ...