... un cunilingus que estaba llenando de éxtasis a Laura. Eva paró un momento para dirigirse hacia mi.
Inmediatamente volvió al trabajo que estaba realizando. Yo me acerque por su espalda, me incliné sobre ella y dirigí mi miembro a la entrada de su vagina. Cuando noté que estaba rozando su entrada, agarré con la mano mi polla y empecé a jugar con ella, subiendo y bajando el glande por su entrada. Estuve así un par de minutos hasta que ella me dijo:
Casi no había terminado la frase cuando de un empujón bastante firme, le clavé la polla hasta el fondo. Me quedé parado un momento deleitándome, como en el caso de Laura, del calor y la humedad que emanaban de aquella mujer. Sin embargo, poco después empecé a notar que la calentura de Eva iba cada vez a más, pues llevó una de sus manos a su coño y empezó a acariciarse el clítoris como si estuviera poseída. Mientras, también se podían oír los gemidos de Laura mientras gozaba de la comida de coño que le estaba regalando su amiga.
La situación me tenía a punto de reventar. Se la estaba clavando a una mujer espectacular, mientras que estaba viendo a mi novia disfrutar en brazos de una mujer. Yo no podía más, así que empecé a acelerar el ritmo hasta que noté que estaba a punto de correrme. En ese momento, saqué mi polla de Eva puesto que no me había puesto ningún tipo de protección y empecé a masturbarme mientras le metía tres dedos de mi otra mano para que a ella no se le cortara el rollo. Pocos segundos después, empecé a ...
... descargar mi semen por su espalda y su culo. Mis dedos continuaban moviéndose y ella no paró en ningún momento de acariciarse o de jugar con su lengua en el chochito de Laura. Unos instantes después Eva empezó a jadear muy intensamente. Parece que el juego de mis dedos está empezando a alcanzar su objetivo. Eva clavó más su cabeza entre las piernas de Laura y empezó a lamer mucho más intensamente. Laura también empezó a gemir. Las dos gemían cada vez más fuerte hasta que primero Laura y luego Eva llegaron a un orgasmo que las dejó extasiadas, la una sobre la otra, tumbadas en el sofá.
…
A la mañana siguiente, me desperté antes que Laura, así que me levanté y me dirigí hacia la cocina para desayunar algo. al llegar a la cocina, Eva acababa de terminar su desayuno y se dirigía hacia el salón:
Y sin mediar más palabra se dirigió al salón y cerró la puerta. Pensé que estaba rara, pero después de lo que había pasado la noche anterior, no creo que fuera posible estar normal. Terminé mi desayuno y pensando en lo que había pasado antes, no me fui al salón, sino que me quedé en la cocina haciendo tiempo.
Después de un rato Laura entro en la cocina:
Mientras hablábamos, se sirvió un café y se lo fue tomando. cuando lo terminó, se quedó callada un minuto y me preguntó por Eva.
Nos dirigimos al salón y al entrar vimos que Eva estaba sentada en el salón leyendo. Nos miró y se levantó con una cara un poco de preocupación. Laura se dirigió hacia ella.
Y antes de que terminase ...