La biblioteca - Relatos Eróticos

La biblioteca

... encuentro.

Sonrió sin decir nada, mirando nuevamente a sus apuntes. Al no haberme cortado con que necesitaba concentrarse y demás, junto con esa sonrisa a mi frase de doble sentido, hizo que me decidiera a jugármela y ver que pasaba.

--te estoy molestando?

--no, no para nada, es que estaba terminando estos apuntes

--quieres que te ayude con ellos ?, la dije levantándome y poniéndome detrás del respaldo de su silla

En ese momento se azoró un poco...no..no, gracias, están casi terminados

Acerqué mi cara a la suya como haciendo que miraba sus libros y notas, percibiendo el olor de su perfume que en esos momentos me pareció de lo más excitante. Lo olí inspirando profundamente, haciendo que ella lo notara

--hueles muy bien

--...eh...gracias

Puse mi mano encima de la suya al tiempo de pegar mi cara a su mejilla susurrando en su oido.....de verdad has terminado ya de estudiar?

--.....s...s....si...

--y entonces ?

--entonces ?

La besé ligeramente muy cerca de su oreja, pudiendo notar dos cosas....como se erizaba su piel al contacto con mis labios, y, lo que fué definitivo para mi...que no se apartó.

Tal como estaba de pié detrás de ella, pasé mis brazos por encima de sus hombros buscando sus tetas, mientras la comía la oreja diciéndola como me había puesto de cachondo el ver sus piernas con esa minifalda tan corta que llevaba. Ella no dijo nada, sino que simplemente se dejó hacer echando una mirada para ver que alrededor de nosotros no ...

... había nadie y que la sala de la biblioteca seguia solitaria.

Giró su cara para encontrarse con la mia buscando mi boca, susurrando..

--si?...te has puesto cachondo ?...entonces es que he conseguido mi objetivo, no?

Oir eso me encendió totalmente...

--ummmm...ah, si?...era lo que querías zorra?...eras tú la que me estabas tirando la caña a mi ?

--por supuesto que si, me dijo, al tiempo de morderme los labios, y ya pensaba que no ibas a ser capaz de venir

Di la vuelta a la silla, dejándola frente a mi, la levanté, empujé la silla con mi pié y la subí a ella sentándola encima de la mesa...

--vaya...vaya...así que tenemos aquí una putita calientapollas...me gusta eso.

Me metí entre sus piernas , y la besé, mordí su boca con pasión al tiempo de amasar sus tetas desde abajo. Ella me correspondia con una mano en mi culo apretándome hacia ella y la otra acariciando mi polla por encima del pantalón. Sus gemidos me excitaban a más no poder.

Su minifalda se había convertidfo en un cinturón ancho y podía adivinar su tanga ...rosa, de encaje....empecé a deslizarme hacia abajo, abriendo sus piernas...subí un poco más su minifalda, para dejar completamente a la vista su tanga y empecé a besar su coño por encima de él...a pasar mi lengua por sus muslos.....

...Ummmm....metí mi nariz en su coño por encima de la fina tela...qué delicia era aspirar su olor.....olor de un coño de una perra en celo.

Aparté con mis manos el elástico de su tanga dejando al descubierto ...